Uno de los tripulantes de un barco de carga que habrían arrojado a polizones congoleños en alta mar apareció ahogado días atrás en el río Paraná, a la altura de Arroyo Seco, donde está atracada la nave.
Ahora, la Justicia federal rosarina investiga no sólo la muerte de los polizones sino también si el marinero ahogado falleció por accidente o si se trató de otro homicidio en lo que ya podría denominarse el barco de la muerte.
Mientras tanto, siguen detenidos cuatro marineros y el capitán del barco RM Power, que tiene bandera de las Islas Marshall, un archipiélago asociado a los Estados Unidos y ubicado en Oceanía, entre Hawaii y Australia.
Los detenidos son algunos de nacionalidad filipina y otros, como el capitán, rumanos. La denuncia la hizo la empresa dueña de la embarcación, a partir del aviso que recibió de un tripulante.
A partir de ahí, los marineros fueron detenidos por personal de Prefectura Naval y este lunes fueron a declarar en los Tribunales Federales de Rosario ante el juez Carlos Vera Barros, aunque hubo problemas por la necesidad de un traductor.
Lo que trascendió es que primero el barco salió de un puerto del Congo y que poco después fueron descubiertos siete polizones, por lo que el capitán decidió volver para dejarlos.
Pero después, ya con la travesía más avanzada, fueron descuibiertos entra 4 y 6 polizones más, y la decisión aparentemente del capitán fue arrojarlos atados de pies y manos, y sin salvavidas, a las aguas del Atlántico.
Además de la declaración de imputados y testigos, el juez Vera Barros ordenó allanar el barco, donde se secuestraron distintos elementos para la investigación.
Desde 2001 –momento en que comenzó a reactivarse el comercio de granos, y sobre todo de soja, en la región– hasta la actualidad, la llegada de polizones escondidos en el hueco de la hélice de los barcos es una postal recurrente en la zona portuaria del Gran Rosario.
Equipados con bolsas de agua y paquetes de galletitas, los jóvenes polizones nadan hasta el barco, se esconden en algún hueco y viven una travesía de largas semanas para cumplir un sueño: salir de su país. Algunos desean llegar a Europa o a Estados Unidos y muchos por error o no llegan, también para salvarse, a Argentina. Conocido es el caso de los polizones africanos que llegan a la ciudad y luego obtienen su condición de refugiados.
Aunque no es común que trascienda la noticia de una tripulación que los arroja al mar antes de llegar a tierra firme, el hecho no sorprende. Para un capitán llevar polizones a bordo representa un error enorme que las empresas navieran se cobran caro, a veces, hasta pueden perder su trabajo.