Horacio Usandizaga está enojado. Y no porque no lo haya dejado satisfecho la compra por parte de la entidad que preside del predio del Club Real Arroyo Seco, un suceso por demás de positivo para la institución de Arroyito. Lo que puso en llamas al mandamás de Rosario Central es que haya trascendido la noticia. Porque la idea de ambas partes involucradas en la operación era realizar el negocio
sotto voce, para evitar complicaciones que ahora podrían aparecer.
Este miércoles, se difundió la novedad de que la entidad de Arroyito había rubricado la compra del predio perteneciente al Club Real Arroyo Seco, ubicado en la citada localidad distante 30 kilómetros de nuestra ciudad. Con esta adquisición, por la que Central pagará quinientos mil dólares en efectivo (aportados por un empresario) y cincuenta cuotas en pesos de un monto que no trascendió, la institución logró ensanchar su patrimonio y hacerse de un complejo deportivo de última generación: un estadio de fútbol para diez mil personas que ya albergó partidos de Primera División (Tiro Federal hizo de local allí), siete canchas de entrenamiento y un hotel de primer nivel que servirá para la concentración del plantel profesional. Esto y más, todo repartido en veintiún hectáreas.
Pero aunque esta noticia es lo suficientemente positiva como para elevar el ánimo de cualquier centralista, el máximo directivo canalla vuela de calentura. Horacio Usandizaga se indignó al enterarse de la difusión del acontecimiento, ya que "alguien" violó el acuerdo de mantener todo bajo siete llaves. El hecho de que se haya hecho público el negocio (en realidad, se firmó el boleto de compra-venta y Central entregó una suma de dinero en concepto de seña), provocó lo que se quería evitar: que ante la certeza de que se producirá el traspaso, aparezcan en las próximas horas algunos acreedores de la parte vendedora que traben embargos judiciales sobre el bien y la operación quede en veremos. Cuentan en el círculo íntimo del Vasco que, fiel a su estilo sanguíneo, no dudará en echar de la Comisión al "soplón" que ventiló el dato.
Este miércoles, se difundió la novedad de que la entidad de Arroyito había rubricado la compra del predio perteneciente al Club Real Arroyo Seco, ubicado en la citada localidad distante 30 kilómetros de nuestra ciudad. Con esta adquisición, por la que Central pagará quinientos mil dólares en efectivo (aportados por un empresario) y cincuenta cuotas en pesos de un monto que no trascendió, la institución logró ensanchar su patrimonio y hacerse de un complejo deportivo de última generación: un estadio de fútbol para diez mil personas que ya albergó partidos de Primera División (Tiro Federal hizo de local allí), siete canchas de entrenamiento y un hotel de primer nivel que servirá para la concentración del plantel profesional. Esto y más, todo repartido en veintiún hectáreas.
Pero aunque esta noticia es lo suficientemente positiva como para elevar el ánimo de cualquier centralista, el máximo directivo canalla vuela de calentura. Horacio Usandizaga se indignó al enterarse de la difusión del acontecimiento, ya que "alguien" violó el acuerdo de mantener todo bajo siete llaves. El hecho de que se haya hecho público el negocio (en realidad, se firmó el boleto de compra-venta y Central entregó una suma de dinero en concepto de seña), provocó lo que se quería evitar: que ante la certeza de que se producirá el traspaso, aparezcan en las próximas horas algunos acreedores de la parte vendedora que traben embargos judiciales sobre el bien y la operación quede en veremos. Cuentan en el círculo íntimo del Vasco que, fiel a su estilo sanguíneo, no dudará en echar de la Comisión al "soplón" que ventiló el dato.


