Fernanda Blasco

Ute Lemper es una doble agente. De día, funciona como madre abnegada de cuatro hijos que le demandan como si fuera una simple mortal. Pero algunas noches, sobre el escenario, se transforma en una diva de la canción, una artista que conmueve al ofrecer su alma a la audiencia, a la que seduce con su interpretación de temas de Kurt Weill, Edith Piaf, Jacques Brel y Astor Piazzolla, entre otros. 

La gran diva del cabaret berlinés, quien fuera aplaudida por su interpretación en varios musicales de Broadway y también tuviera varias participaciones en la gran pantalla, hace una pausa en su vida cotidiana, en Nueva York, para un cálido diálogo con Rosario3.com. "Estoy exhausta", admite Ute, quien en su vida diaria debe lidiar con una prole que solo la ve como madre y que ignora su faceta de gran artista. Ella recuerda sin embargo que, más allá del caos cotidiano, "el show debe continuar". Y continuará, en pocos días, en Rosario. Este jueves 24 de mayo, la artista desembarcará por primera vez en la ciudad (en el Auditorio Fundación Astengo) con el show "Last Tango in Berlin" que, promete, será "puro y humano".

"Amo Argentina", confiesa Ute, quien vino por primera vez al país en 1997 y desde entonces hace visitas recurrentes. "No quiero decir que Argentina también me ama a mí, pero la audiencia argentina está interesada en lo que hago", dice, con un poco de pudor. "La primera vez, no podía creer que incluso tendría una audiencia en un lugar tan lejano, con una cultura tan diferente", recuerda. Y la deslumbró "la energía, el entusiasmo y la calidez" que recibió como respuesta. También la atrapó el tango, al que define como "tan dramático", porque lo pudo relacionarlo con su vida. "No soy una artista romántica, soy realista y dramática en el contexto del existencialismo", puntualiza.

"Estoy feliz de aprender más sobre el país fuera de Buenos Aires", admite, sobre su visita a Rosario. Ya visitó Córdoba y Tucumán pero esta vez sube la apuesta y cruzará también la frontera hacia Chile y Uruguay. "Mi show es muy íntimo, sobre el escenario estoy acompañada sólo por un piano y un bandoneón. Se fusionan muchas culturas porque el bandoneonista es argentino y el pianista alemán", sostiene en alusión a Marcelo Nisinman y Vana Gierig respectivamente. Ute también es alemana, aunque tras quince años de vivir en la Gran Manzana, ya se define "neoyorkina", algo que sintió al mes de vivir allí.

La artista promete a la audiencia temas de Kurt Weill, Jacques Brel y Edith Piaf, pero también habrá un toque local, gracias a temas de Astor Piazzola. Una asignatura pendiente en la vida de Ute es aprender español. Si bien canta en el idioma y se considera apta para seguir una conversación, confiesa no tener tiempo de "sentarse y aprender". Cuenta, sin embargo: "Amo la música del idioma, tiene hermosa textura y pronunciación". En el show que trae a Rosario ofrece además canciones propias. E incluso una anticipio de un proyecto sobre Pablo Neruda que promete traer, una vez finalizado, al país.

Bailarina, actriz y cantautora, Ute se siente más cómoda con el mote de "storyteller". Y lo explica: "Soy una narradora de historias en la música. La idea es contar una historia y llevar a la gente, en un viaje, hacia esa historia". Además, asegura que le gusta utilizar su voz "como instrumento musical", para "experimentar e improvisar".

Si bien la comparan con Marlene Dietrich y Edit Piaf, la alemana tiene los pies bien puestos sobre la tierra. "Es un honor pero no es muy realista. Eran otros tiempos. Hoy incluso las nuevas generaciones no los conocen. Yo soy una dinosaurio que sigue en contacto con su repertorio", concluye.