Adriana vive en barrio Cametsa, un sector de barrio Godoy. En Calle 1711 y Colombres tiene su casita donde pasa sus días repartida entre hijos y nietos. Pero desde hace dos años, cuando decidió denunciar un búnker de drogas de la zona y a un soldadito que amenazó a uno de sus hijos a punta de pistola, su vida se convirtió en un infierno. Este lunes se sumó un nuevo capítulo. Apedrearon su casa y le rompieron un brazo a uno de sus hijos. En febrero último, pese a contar con custodia policial, balearon la fachada de su vivienda. Lo mismo habían hecho el noviembre anterior. El mes pasado, prendieron fuego el coche del patrullero que la custodiaba. Este martes, llevó, una vez más, su caso ante la Justicia.
Acompañada por el diputado provincial, Eduardo Toniolli, presidente de la Comisión de Derechos y Garantías de la Cámara baja, Abaca presentó la denuncia a la Fiscalía Federal. Está desesperada.
Pese a que el fiscal Juan Patricio Murray había ordenado dos turnos de guardia en su domicilio, la mujer nunca se sintió segura. Pero este lunes, tocó fondo. Según publicó La Capital, un grupo de 20 personas aproximadamente rompió los vidrios de su casa a cascotazos; e incluso algunos intentaron entrar.
En el frenesí del ataque, uno de sus hijos salió en busca de un hermano menor y recibió la ira del tumulto. Le fracturaron un brazo y tuvo que ser derivado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).
La primera denuncia de Abaca de 2012 había disparado una serie de allanamientos, entre los que se desactivó una sede de operaciones de los Cantero en Larralde al 2800. Para la mujer, la banda narco sigue operando la zona.