Vélez Sarsfield no encontró prácticamente oposición en un desarmado Quilmes, al que le ganó con claridad como visitante por 3-0, en un partido válido por la quinta fecha del torneo Apertura de primera división.

Con este resultado, el equipo de Liniers reúne 8 unidades y quedó a 7 del líder, Boca Juniors. Por su parte, el elenco cervecero, asfixiado por el promedio del descenso, apenas reúne un punto y está en el sótano de la tabla.

El conjunto orientado por Miguel Angel Russo, amplio dominador de las acciones, halló la ventaja tranquilizadora, a los 25 minutos del primer tiempo, cuando Lucas Castromán empujó al gol un pase de Mauro Zárate y decretó la apertura.

El delantero oriundo de la localidad bonaerense de Luján, tal como lo había prometido, festejó la conquista con el guardavallas Gastón Sessa, con quien había mantenido una controversia en el 0-2 del miércoles último frente a Lanús, por la ida de la Copa Sudamericana.

Esa conquista alcanzada por Vélez no hizo más que potenciar su superioridad. La defensa quilmeña no hacía pie y otorgaba ventajas de todo tipo.

Por eso no extrañó que a los 32 minutos llegara el segundo gol, después de que Mauro Zárate enganchara sobre el costado derecho del área y metiera un disparo cruzado, inatajable para el paraguayo Derlis Gómez.

Quilmes, que a esa altura ya jugaba con diez hombres como consecuencia de la expulsión del delantero Carlos Luna (a los 14 le aplicó un codazo en el pecho a Mariano Uglessich y vio la tarjeta roja que le mostró el árbitro Carlos Maglio), no tenía profundidad en el traslado y solamente con el ingreso del tucumano
Gustavo Ibáñez ganó algo de potencia en el sector ofensivo.

Sin embargo, y la tabla es fiel reflejo, al cervecero le cuesta horrores concretar lo que genera. El criterio exhibido por Juan Fernández di Alesio o José Chatruc fue insuficiente para intentar torcer la historia.

Vélez dejó venir a su rival en la segunda parte: sabía que el marcador no se alteraría y esperaba agazapado la posibilidad de aumentar la cuenta, a través de la vía del contraataque.

El equipo visitante reguló el ritmo, dejó venir a su rival y sufrió en dos ocasiones, en las que Sessa se quedó con el descuento del paraguayo Giménez, primero, y del tucumano Ibáñez, después.

Y sobre los 32, el pleito quedó sentenciado cuando Zárate ejecutó con maestría un tiro libre y puso el 3-0 definitivo.

De allí hasta el final fue el tiempo para los insultos del público local (hacia los directivos, hacia el técnico Mario Gómez y hacia sus propios jugadores) y de regodeo de la parcialidad velezana que añora con volver a los primeros planos y no por cuestiones extrafutbolísticas como la discusión Castromán-Sessa, a mitad de semana.

Fuente: Télam