Los Enanitos Verdes decían "que los dejen bailar" y tenían razón. Varias personas disfrutan de bailar en la calle, en la playa o en la plaza. Con unos auriculares o con cualquier canción que esté sonando por donde ellos caminen, se abstraen de su alrededor y siguen el ritmo de lo que entra por sus oídos. Un aplauso para ellos que no les importa hacer el ridículo.
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