La violencia es un fenómeno que atraviesa todas las capas de la sociedad y las escuelas no quedan al margen de su influencia: alumnos que concurren armados a los colegios, que se pelean entre sí o agreden a sus maestros, profesores atacados por los padres porque las notas obtenidas pos sus hijos no son satisfactorias, son apenas algunos ejemplos de las múltiples facetas que la violencia adquiere dentro de las escuelas. Violencia que este viernes tuvo un nuevo caso con una víctima de apenas tres años.
Ante este fenómeno, desde el Sindicato Argentino de Docentes Particulares (Sadop) señalaron que la judicialización de los casos que deberían solucionarse dentro del ámbito educativo y la familia hace que “los docentes trabajen con miedo y como sigamos as. tendremos que tener un abogado en cada escuela”.
“Todos sabemos que los chicos no son los mismos de antes –aclara el encargado de prensa del Sindicato Sadop, Guillermo Adell, a Rosario3.com– y que los valores familiares también se han modificado, pero eso no significa que los docentes deban tolerar las muestras de una violencia creciente tanto de parte de los alumnos como de los mismos padres que atribuyen la culpabilidad por las calificaciones alcanzadas por sus hijos, directamente al maestro que está frente al curso”.
En el transcurso de este año, el gremio de los docentes particulares lleva contabilizadas ocho denuncias que involucran a los maestros. En la mitad de los casos se trata de denuncias que los maestros debieron hacer en la policía tras haber sido insultados, golpeados y/o empujados por los padres. La otra mitad de las denuncias fueron hechas por padres de alumnos que fueron agredidos por algún compañero y atribuyen al maestro la responsabilidad civil de lo ocurrido.
Desapego del consumidor
"Los docentes enfrentan padres con otra conformación: madres solas, adolescentes, homosexuales, casos en los que no aparece el padre biológico, sino la pareja de la madre y conviven en la escuela hermanos de diferentes padres. Y hay que decidir si son hermanos, hermanastros, sumar nueva terminología. Todo esto genera mucha tensión y hostilidad", explica el psicoanalista Fernando Osorio, autor del libro Violencia en las escuelas.
Los docentes, por su parte, coinciden en que faltan herramientas y espacios de contención y reflexión donde estos temas puedan tratarse y en que se ven obligados a hacer frente a demandas que exceden en gran medida sus funciones específicas en el aula.
Frente a esta situación, el Sadop emitió un comunicado a través del cual se alerta a las familias de la complejidad de la situación y transmite la preocupación de los maestros a los padres de los alumnos, principales responsables de las conductas y actitudes que sus hijos ponen en práctica en el ámbito escolar.
“No podemos seguir asistiendo a una división entre los padres y las escuelas donde las responsabilidades por los problemas educativos y la formación en valores es uno de ellos, recae sólo en los docentes –dice el comunicado–.Tenemos que volver a la situación donde la familia, la escuela, los padres y los maestros trabajaban unidos por la educación de los niños y el progreso de la sociedad”.
“Hoy parece que si un niño o un adolescente comete una falta, en lugar de una sanción educativa hay que iniciarle una causa penal tanto a él como a el docente que lo tenía a cargo”, protesta el secretario gremial de Sadop, Martín Lucero.
Afirma además que los padres han entrado en el "esquema del consumidor" que demanda al Estado, a la escuela y al maestro que se haga cargo de educar a su hijo, sin asumir en muchos casos la responsabilidad que le compete como padre. “Los docentes trabajan con miedo y como sigamos así tendremos que tener un abogado en cada escuela”, asegura.