La violencia familiar es una manifestación más del tipo de relaciones sociales que priman en la sociedad actual caracterizadas por la intolerancia, la falta de diálogo y la asimetría en las relaciones de poder. Sin embargo, el hecho de que aumenten las denuncias efectuadas ante la Justicia se debe, según los especialistas en el tema, a que cada vez hay más gente que se anima a contar lo que pasa dentro de su casa o de la de sus vecinos, cuando se sabe que hay una víctima en peligro.

En los Tribunales provinciales de Rosario se presenta un promedio diario –incluidos sábados y domingos– de cinco denuncias por día por violencia en el ámbito familiar.

Según un relevamiento realizado por el portal de noticias Tiempo de Justicia en los distintos juzgados de Familia de los Tribunales de Rosario, en lo que va del año hasta el último viernes ya se radicaron cerca de mil denuncias.

En la mayoría de los casos las víctimas son las mujeres y en menor proporción los menores y ancianos. Las mujeres que denuncian en general son de clase trabajadora y humilde, aunque se estima que en clases sociales más altas las personas damnificadas son más reticentes a denunciar las agresiones.

A los juzgados de Familia llegan denuncias provenientes de distintas vías: la comisaría de la Mujer, el Área de la Mujer de la Municipalidad de Rosario y la Defensoría del Pueblo, entre otras, y todos coinciden la observación del crecimiento de las denuncias.

“Desde el año 2003 cuando empezamos a llevar los registros, hasta hoy hemos experimentado un aumento superior al 60 por ciento”, afirmó la titular del Área de la Mujer de la Municipalidad, Mariana Alonso, a Rosario3.com, y aclaró que en esa oficina no se recepcionan denuncias sino demandas de atención de casos de violencia.

A través del Teléfono Verde se registran alrededor de 350 llamadas mensuales –el 95 por ciento corresponde a mujeres que sufren violencia psíquica o física o se sienten impotentes para solucionar situaciones conflictivas con hijos en problemas– y “todas ellas son atendidas por profesionales que colaboran para que la víctima encamine su situación desde tres aspectos: social, psicológico y jurídico”, explica Alonso.

El panorama no difiere mucho en uno de los principales centros receptores de denuncias que es la Comisaría de la Mujer donde se reciben 70 intervenciones mensuales. “Durante mucho tiempo la gente pensaba que no debía meterse en una situación de violencia ocurrida dentro de una vivienda vecina –relató la titular de la Comisaría de la Mujer, Mariel Arévalo–, pero eso afortunadamente cambió y la gente no sólo se involucra, sino que llama y denuncia, por eso nosotros insistimos en que la violencia deja de ser privada cuando alguien más se entera y estimulamos a quien se entera para que nos lo haga saber, para poder intervenir”.

En esa dependencia la mayoría de los casos registrados corresponden a mujeres que denuncian violencia de parte de maridos e hijos y le siguen las denuncias de ancianos. “Una vez que se comprueba que se trata efectivamente de violencia sistemática y sostenida en el tiempo –aclaró Arévalo– el trámite continúa en el Juzgado Colegiado de Familia que es el que puede brindarle un mejor marco para su tratatamiento”.

Sin embargo, aún son muchas las mujeres que tienen esperanzas de que la situación cambie y como tienen la ilusión de que el violento deje de agredirlas se niegan a denunciarlo.

Para denunciar este tipos de casos se puede recurrir al Teléfono Verde de la Municipalidad –0800 444 0420 (de lunes a viernes, de 8 a 19)– o a la Comisaría de la Mujer (Italia 2153, teléfono 4728523).