El centro de jubilados Todo por Amor tiene un gran desafío por delante: unir a personas mayores solas para que compartan una vivienda, se acompañen y creen un vínculo de amistad. El remedio para la carencia de compañía lo busca implementar Ana Moreira, al frente de la institución, que desde 2004 funciona como una especie de gran hogar de ancianos solventada por la solidaridad de la gente y los magros recursos de los jubilados.

“Les pedimos a la gente que está sola que nos llame. Nosotros tenemos experiencia y podemos encontrar alguien con un perfil indicado para hacerle compañía y así vivan juntas”, anunció Ana, quien relató que la idea surgió al notar la gran cantidad de ancianos que están viviendo solos. Además, desde Todos por Amor garantizan un acompañamiento en el proceso de adaptación a la convivencia, atendiendo a las personas en sus necesidades.

El Centro de Jubilados cuenta con la ayuda voluntaria de cinco personas, que en la actualidad cuidan de los cuatro jubilados que están residiendo en sus instalaciones, en el marco del Proyecto “Amor desde el centro”. De acuerdo a Moreira, se necesitan más camas porque “para fin de año algunos abuelos durmieron en el suelo”. También llevan a cabo un programa de acompañamiento de jubilados en sus propias casas, a quienes visitan y cuidan.