Que la temperatura subirá alrededor de cuatro grados en el planeta hacia fines de siglo, que el océano subirá y tapará países enteros como Holanda, que los glaciares se derretirán y los refugiados serán cientos de millones. Todas estas advertencias sobre el cambio climático todavía suenan a ciencia ficción, sin embargo son una realidad cercana. Tanto es así, que ya se suma a la agenda política de 2007.

La diputada nacional del Ari Susana García pidió en este contexto de estudios e informes internacionales avanzar en la materia desde Argentina con lo que a este país le toca. Preservar sus recursos, como los bosques, que el norte de Santa Fe y en el Chaco desaparecen rápidamente por la tala indiscriminada, es el reclamo de la legisladora. De hecho, ya casi no quedan bosques nativos en esta provincia por el avance sin control de las estancias privadas.

“Conviene tener muy presente que no hablamos de cambios en un futuro difuso y en alguna región lejana, las alteraciones se producen aquí  y ahora. Las alertas meteorológicas son un dato cotidiano, palpable”, señala García, quien aclara que “las causas de los desórdenes climáticos no nacen de la fatalidad, las causas son humanas”.

“Por esto, nuestra propia acción se torna una responsabilidad ineludible. Y en esto apelo directamente al partido de gobierno y a sus legisladores, que tienen mayoría en ambas Cámaras y por lo tanto la potestad de convalidar o vetar las iniciativas que esperan su tratamiento en el Congreso Nacional”, agrega en un comunicado de prensa.

En ese sentido señaló el escenario de una Argentina “desforestada, con prevalencia de monocultivo, sin política agraria y energética, sin planes de ordenamiento territorial  que promuevan un desarrollo sustentable. Es también grave la inexistencia de sistemas de control sobre las emisiones contaminantes, sobre las grandes obras de infraestructura que ni siquiera cumplen con la realización de los estudios de impacto ambiental que exigen las leyes  vigentes”.

A modo de ejemplo, la diputada santafesina señaló “la urgente necesidad de aprobar la ley que propone declarar la emergencia forestal  para detener la depredación de lo que queda del bosque nativo –iniciativa del diputado Miguel Bonasso–, que ha sido trabada por el propio bloque oficialista. La ley permitiría planificar un uso sustentable de este recurso que cumple un rol fundamental en la conservación de los suelos y la regulación climática”.

De hecho, en localidades de la provincia como Villa Minetti las grandes estancias se apropian de los últimos bastiones del bosque nativo y lo talan sin ningún control, realidad que hasta el propio jefe comunal denunció sin ninguna implicancia, ni acción concreta para detenerlo.

García concluye: “Contra los que postulan la oposición entre el cuidado de ambiente y el desarrollo, aseguramos que la variable de la protección medioambiental constituye una oportunidad, y no un contratiempo para el desarrollo: la oportunidad de imaginar nuevas pautas de producción y consumo, nuevas actividades y, en consecuencia, nuevos empleos que dejen atrás los viejos patrones del desarrollo basado en la depredación de la naturaleza y del hombre”.