Más de 190 personas murieron y unas 400 resultaron heridas a causa de varias explosiones casi simultáneas que se produjeron en siete estaciones de tren de Bombay (oeste de la India) durante la hora pico de la tarde de ayer.  Según el ministro de Interior indio, Kaushik Patel, las explosiones fueron "un ataque terrorista planificado". 

Horas más tarde, los hospitales de Bombay estaban desbordados por la avalancha de heridos que llegaban trasladados por cientos de voluntarios. Vilasrao Deshmukh, jefe de Gobierno del Estado de Maharastra, cuya capital es Bombay, informó de que ha pedido a los hospitales privados de la ciudad que atiendan a los heridos y les ha asegurado que las arcas públicas se harán cargo de los costes.

A falta de ambulancias, muchas de las víctimas tuvieron que ser trasladadas a los hospitales a pie, en taxis o en vehículos privados, y muchos heridos tuvieron que ser llevados de ese modo tras ser rechazados en centros médicos que se encontraban saturados.

Algunos testigos se han quejado de la lentitud en reaccionar tanto de las autoridades, como de los equipos de rescate, según informó la agencia de noticias india PTI.

Por otro lado, según la policía, las siete bombas eran de alta potencia y habían sido dejadas en la sección de depósito de equipajes de las estaciones. 

 

Más allá de la cifra de muertos, muchos sufrieron mutilaciones al estallar las bombas. 

 

El jefe de policía de Bombay, A.N. Roy, confirmó que hubo siete explosiones casi simultáneas registradas  en las estaciones de Matunga, Khar, Santacruz, Jogeshwari, Borivali, Bhayendar y Mira Road, todas en Bombay o sus cercanías. Esas estaciones están ubicadas a las afueras de Bombay y son utilizadas cada día por miles de personas para desplazarse al centro de la ciudad.