“Todo lo que ata es asesino. Todo lo que ata no es la paz” repite Miguel Abuelo en la canción “Oye niño”; una suerte de mantra que también se lee en la esquina de San Juan y Maipú.

“Todo lo que te ata es asesino”. Escrito con aerosol, gastado por el tiempo e intervenido por la búsqueda de un gato perdido. El grafiti se pierde en la inconveniencia de un cruce transitado y una “ele” de veredas angostas.

En la letra del simple publicado por Mandioca en 1968 no hay un “te”. Pero el “agregado” no subvierte el sentido.

A poco más de media cuadra, en el ingreso a un garage anunciado por otra pintura callejera, el hueco en la pared de color crema ofrece otro trazo en aerosol ligado al rock argentino: "Modern Clix".

Esta vez, el grafiti reproduce la imagen de la portada del disco que Charly García grabó en Nueva York y que editó Interdisc en 1983 (Clics Modernos).

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Menos de un año después de proclamarse como el cantante de “la banda” (sin músicos) Los Abuelos de la Nada, Miguel entregó en plano solista las canciones "Oye niño” y “¿Nunca te miró una vaca de frente?” al por entonces sello de Jorge Álvarez.

En ambas cruzó el folclore con el folk-rock y la psicodelia para registrar una precámbrica fusión entre el Cuchi Leguizamón, Santos Espinosa, Rimbaud y Syd Barrett. El técnico que supervisó las sesiones fue Rodolfo Alchourrón, el mismo detrás de las grabaciones de Osvaldo Pugliese.

Después, Miguel se fue a Europa y comenzó una nueva etapa musical junto a et Nada. La vuelta a un estudio argentino sería con García detrás del vidrio.

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“Cuando hice Clics Modernos me dijeron que me había vendido a Fiorucci. No entendieron la ironía. Cosas así, me han pasado miles”. El textual es de Charly García. La respuesta sintetiza la resistencia de “rockeros” y “prensa” al disco de la trilogía que abre Yendo de la cama al living y cierra Piano Bar.

¿Cuál era la crítica en el año del regreso de la democracia? Las “máquinas” (batería electrónica, samplers). Y el pop, claro. Algo del arrastre de Seru Giran se escucha en Yendo… Pero Clics era otra cosa. Fue el primer álbum que Charly grabó en la Gran Manzana.

El resto de la historia ha sido más o menos repetido: García conoce a Joe Blaney (la primera de futuras colaboraciones) y registra en el estudio Electric Lady una serie de canciones con destino de elepé, aún sin título. Pedro Aznar estaba con él.

Un grafiti del grupo Modern Clix hizo que el preliminar “Nuevos Trapos” se convirtiera en el definitivo "Clics Modernos".

Para presentar la placa, el músico del oído absoluto armó en menos de un mes una aún hoy inempatable banda: Pablo Guyot, Alfredo Toth, Willy Iturri, Daniel Melingo, Gonzo Palacios, Fito Páez y Fabiana Cantilo.

Charly y Miguel se cruzaron en escenarios –en el primero de los tres Ferro que hizo el ex Sui Generis– y en el estudio –García produjo Los Abuelos de Nada, placa debut de la segunda etapa del grupo homónimo–.

En pasajes, el choque de egos aún es audible.

Lo imprevisible del arte callejero hace que esos dos egos de creatividad superlativa convivan en casi media cuadra. Al menos, hasta que el tiempo o una nueva pintura borren las marcas en las paredes.