El amor es cosa seria y el Día de San Valentín suele generar posiciones divididas: de un lado, los que celebran y empalagan las redes sociales con mensajes, o llenan las vidrieras de flores y corazones rojos (también es cosa comercial). Y del lado opuesto, están los que reniegan de Cupido. Y en medio de esas dos posturas, entre el romance Hollywood que plantea un amor de película –justamente– que siempre termina bien con enamorados felices comiendo perdices, la vida real ofrece matices que el arte, en sus distintas formas, trata de expresar.

Entre la celebración y la cancelación, una selección de expresiones artísticas para celebrar San Valentín sin clichés y en honor a las distintas versiones del amor, pues no se ama únicamente a la pareja, sino a los amigos, a (algunos) parientes, a las mascotas...

Y, fundamentalmente, a uno mismo, como bien señaló la icónica Carrie Bradshaw interpretada por Sarah Jessica Parker en Sex and the city: “La relación más exigente y significativa de todas es la que mantienes contigo misma”.

Un poema

 

“Un amor más allá del amor”, de Roberto Juarroz

Un amor más allá del amor,

por encima del rito del vínculo,

más allá del juego siniestro

de la soledad y de la compañía.

Un amor que no necesite regreso,

pero tampoco partida.

Un amor no sometido

a los fogonazos de ir y de volver,

de estar despiertos o dormidos,

de llamar o callar.

Un amor para estar juntos

o para no estarlo

pero también para todas las posiciones

intermedias.

Un amor como abrir los ojos.

Y quizá también como cerrarlos.

 

Un libro

“Y sin embargo el amor” de Alexandra Kohan, que empieza así: “¿Por qué seguir hablando de amor? ¿Por qué escribir un libro sobre el amor después de todo lo que del amor se dijo? ¿Qué decir después de todos los que hablaron de amor? ¿Qué se puede seguir diciendo?Cada una de esas preguntas lleva en sí algo de la respuesta: el amor es un acontecimiento en el decir y, a la vez, no hay saber sobre el amor: nadie podría arrogarse saber qué es el amor. Sin embargo, ese no saber, esa inasibilidad, ese modo de escurrirse en el lenguaje sin poder detenerse en ningún lado, eso mismo es lo que empuja a escribir. Escribo, no para saber del amor, sino para mantenerlo insabido. Se escribe porque no se sabe, se escribe para no saber. Porque se trata de un decir, no de un saber; porque cuando se dice, se dice más de lo que se sabe, porque no se sabe lo que se dice”.

 

Una película

(500) Days of summer. “Esta es la historia de un chico que conoce a una chica. Pero debes saber de antemano: esta no es una historia de amor”. Así empieza este film que reflexiona sobre ser o no elegido y los matices de una relación.

 

Una canción

“La guerrilla de la concordia”, Jorge Drexler