La Justicia provincial condenó este martes a la hermana de Brandon Bay, el líder de la banda "Los Gorditos", a una vendedora de drogas suya y también a un suboficial de la comisaría 32ª que intentó liberar a dos integrantes de la organización por una coima de 50 mil pesos

El juez Mariano Aliau homologó en una audiencia de la tarde de ayer los juicios abreviados de Giuliana Soledad Bay (27 años), Mabel Noemí Aranda (39) y el suboficial Axel Federico Teliz. Todos fueron condenados a 3 años de prisión efectiva, y en el caso del agente se dispuso además una multa de 100 mil pesos y una inhabilitación para ejercer cargos públicos por 6 años

Los procedimientos fueron consecuencia de un acuerdo entre el fiscal a cargo de la causa Pablo Socca y los abogados Leonel Iesari (defensor particular del policía) y Sebastián Plá (defensor particular de las dos mujeres).

Giuliana Bay y Mabel Aranda fueron condenadas como integrantes de la asociación ilícita liderada por Brandon Bay. 

La joven Bay fue condenada por haber sido la encargada junto a su hermana Flavia y su madre Érica Altamirano de haber sido “cadete” de la banda. Su rol consistía según la acusación de retirar la recaudación de los búnkeres o la droga por determinados domicilios. Además, debía encargarse de visitar a su hermano Brandon en la cárcel donde le daba información y recibía directivas vinculadas a la organización. También se detectó que le ingresó al penal federal de Marcos Paz droga a través de sus zapatillas

En el caso de Aranda, el fiscal Socca le atribuyó encargarse de vender droga en un búnker que funciona en Lamadrid 1609, donde a su vez fracciona el material estupefaciente. Su participación fue detectada al menos desde julio de 2020 hasta el 15 de septiembre del año pasado, cuando se allanó esa propiedad. Además, se agregó que es pareja de Claudio "Tati" Ríos, uno de los presuntos sicarios de "Los Gorditos".

Giuliana Bay y Mabel Aranda habían sido detenidas el 14 de diciembre pasado en allanamientos en los que se secuestraron dos kilos de cocaína, marihuana, un millón de pesos, municiones de distintos calibres, motos y celulares.

Para el policía Teliz, de 30 años, la situación fue distinta. No fue condenado como miembro de la estructura delictiva sino por corrupto. Junto a una agente hizo maniobras en la comisaría 32 donde cumplía tareas para liberar el 9 de septiembre pasado a Flavia Bay y su novio Luis Saucedo –integrantes de la banda narco que aún no fue condenada como tal por la Justicia federal– a través de un procedimiento irregular.

Básicamente el fiscal Socca relató que Saucedo y Bay fueron detenidos por el Comando Radioeléctrico en un operativo en bulevar Seguí al 5900 y los trasladaron a la seccional porque se desplazaban en un auto robado. Saucedo usó desde el interior de la comisaría su teléfono celular –que había sido secuestrado por la policía– para hablar con Érica Altamirano, a la que le pidió 50 mil pesos y un falso boleto de compraventa.

El boleto y la plata fueron llevados a las horas por Érica, mamá de los Bay, a la seccional de la zona oeste. El documento decía falsamente que Flavia Bay había comprado el rodado. Teliz, con el papel en mano, llamó al fiscal de Flagrancia en turno y le comunicó que estaba el respaldo de que el vehículo era de una de las personas aprehendidas con el objetivo de que se ordenara su liberación junto a la de su novio. Sin embargo, el funcionario judicial ordenó que quedaran detenidos.