Este martes por la noche Celestino Benítez fue asesinado cuando cenaba con su hijo. De rebote, según sus vecinos que señalaron el verdadero blanco: un búnker de drogas pegado a su casa. Ahora, en esa vivienda no hay rastros de lo que habría sido, la prendieron fuego y solo quedan muebles chamuscados.
Según informó desde el lugar el periodista Ariel Borderi de Radio 2, la casa de Celestino, es la 4242 de Patricias Argentinas, la de la esquina. Al lado, de acuerdo al testimonio de vecinos, en la vivienda rosa, la 4246, funcionaba hasta el crimen, un punto de venta de drogas.
Esta mañana la puerta y la ventana del supuesto búnker estaban abiertos; adentro se sentía muy fuerte el olor a quemado: habían incendiado un camastro con un colchón y unos muebles.

“Fue una equivocación”, dijo Sandra, la ex nuera de Celestino, que vive en la cuadra de enfrente y que este martes por la noche escuchó la moto acelerar y los tiros.
“Una bala le pegó a él y la otra a la heladera, estaba sentado comiendo con mi ex marido. Fue una equivocación, fue de golpe”, recordó.
Celestino y su papá, compartió, trabajaban juntos en el frigorífico Swift. “Era jubilado, 82 años tenía”, lamentó, aún conmocionada.