Director técnico de ligas inferiores, boxeador, referí. Fundador de un club barrial y hasta cantante. Todas esas actividades y más hizo, según quienes lo recuerdan, Pedro Domingo “Negro” Monzón hasta que el lunes pasado lo mataron en su casa de barrio Stella Maris.

El hombre tenía 67 años y fue una de las víctimas de la violencia en el fin de semana extra largo. Ligado al deporte, su muerte caló hondo entre quienes lo conocían.

El ritmo de la violencia en la ciudad arroja hechos trágicos a diario. Causas de tiroteos y homicidios se acumulan en los escritorios de la Justicia. En la prensa, cada caso tapa a otro. Y en el medio quedan historias de vida y dolor. Una de esas historias es la de Monzón, acribillado en el patio delantero su casa de Pasaje Nazca al 8600 (Génova a la misma altura) en un ataque cuyo móvil está bajo investigación.

Fue el sexto crimen en 48 horas. En el ámbito deportivo y vecinal, padres, clubes y colegas dedicaron decenas de mensajes de duelo.

Entre las instituciones que recordaron a Monzón, estuvo la Nueva Asociación de Fútbol Infantil de Rosario –la liga Nafir–: “Acompañamos en el sentimiento a familiares y amigos de Pedro Monzón, árbitro fallecido de nuestra institución”.

Néstor Chimento, presidente de la Nafir, contó en diálogo con Rosario3 los primeros pasos de Monzón como árbitro local, además de recordarlo como uno de los fundadores del Club Los Pumas, de Ottone al 1300. Una vida ligada al deporte amateur, donde todo se hace a pulmón.

“Cuando asumí la presidencia de la liga –fundada en 1995–, fui incorporando gente conocida al Tribunal de Disciplina. Entre ellos, estaba Monzón. Un día me enteré que él era árbitro, que eran escasos en la Liga. Así empezó a dirigir en el fútbol infantil, el juvenil y el femenino”, recordó Chimento.

“Monzón –agregó– era una persona muy querida por todos. Fue uno de los caudillos que hemos tenido en el arranque de la liga. Ellos venían de la liga Adiros –que luego se terminó disolviendo– con el club Los Pumas y luego participaron en la liga Nafir”.

Desde el muro de la Vecinal Empalme Graneros, barrio donde Monzón vivió cerca de 40 años, también escribieron unas palabras: “Lamentamos el fallecimiento de Ángel Monzón, para todos los que lo conocimos: el Negro Ángel. Amigo y conocido de todos. Destacado en el boxeo profesional Rosarino. Jugador de fútbol, árbitro y entrenador. Fundador y presidente del Club Los Pumas (Pumitas). Cantante. Sus familiares y amigos no te olvidarán. Compartimos el dolor y damos nuestro pésame a toda su familia”.

Osvaldo Ortolani, presidente de la vecinal y conocedor de la realidad del barrio, lo mentó como un hombre simpático, callejero, entrador. “Su vida fue de laburo”, dijo

El lunes, Monzón fue atacado por un sospechoso que ingresó por el patio delantero de su domicilio. Esa noche entró al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) con heridas de bala en la región dorsal y en el brazo derecho. Desde un primer momento se encontraba con pronóstico reservado, fue llevado a cirugía y en la madrugada del martes falleció.

La motivación de los homicidas, que usaron dos pistolas y escaparon en un auto, está bajo investigación de la fiscal Georgina Pairola. Las hipótesis son aún incipientes y van del intento de entradera a la de un ataque cuyo blanco inicial no era Monzón sino alguien cercano.