En la sexta jornada por el juicio contra el presunto jefe narco Esteban Lindor Alvarado fue convocado como testigo el ex ministro de Seguridad de Santa Fe Maximiliano Pullaro, quien se refirió a un allanamiento hecho durante la investigación a una casa situada en las islas que resultó ser –propiedad o inmueble alquilado– de la ahora vicegobernadora Alejandra Rodenas y actual ministro de Cultura Jorge Llonch, que no forman parte de la investigación. Agregó que el matrimonio llegó al lugar en medio del procedimiento junto al abogado penalista Paul Krupnik, situación que consideró “significativa”. También se refirió a las balaceras que Alvarado supuestamente mandaba a realizar intentando incriminar a Los Monos, sus rivales, en las mismas. Y también habló del episodio del teléfono que Alvarado lanzó a un lago mientras huía y que fue rescatado por un oficial. 

“Para nosotros la detención de Alvarado no era una más. Habían sucedido cosas que nos llamaban la atención. Primero, el envío de información desde la provincia de Buenos Aires –de la Justicia de San Isidro, que condenó a Alvarado por robo de autos– que llegó a un juzgado provincial y no avanzó. Entiendo que al juzgado de Alejandra Rodenas”, comenzó el ex ministro de Seguridad al ser interrogado por los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra sobre qué conocía sobre Esteban Alvarado, principal objeto del juicio por dos homicidios, asociación ilícita, lavado y balaceras.

Pullaro en el Centro de Justicia Penal con el diputado nacional Chumpitaz (Alan Monzón/Rosario3)

Sobre la investigación contra el presunto capo narco, el actual diputado provincial señaló que ocurrió “un hecho significativo que fue el allanamiento en la isla donde se fue a buscar a Alvarado. Por algún motivo se entera quien era propietario o inquilino de esa casa. Y llega la doctora Rodenas, que era diputada nacional, con su marido (Jorge Llonch). Esto me lo dice un policía que está condenado en esta causa (Pablo Báncora) en el Centro de Justicia Penal cuando vine después de la balacera a la sede de la Fiscalía de calle Montevideo. Él estuvo en el operativo como miembro de la Fiscalía”. Vale aclarar que tanto Rodenas como Llonch no forman parte de la investigación. 

El atentado contra la sede de Fiscalía al que hizo alusión Pullaro no se encuentra en este juicio porque nunca hubo imputados. Ese ataque a tiros fue el 19 de diciembre de 2018, cuando también dispararon contra el Concejo Municipal. Solo llegaron a este proceso judicial contra Alvarado dos balaceras a edificios judiciales, que fueron el 10 de diciembre de 2018 contra el Centro de Justicia Penal y Tribunales provinciales.

Pullaro llegando al Centro de Justicia Penal para declarar en el juicio a Alvarado

“Báncora me cuenta que llegó Rodenas, el marido y el abogado Paul Krupnik, que días anteriores había averiguado en Fiscalía si Alvarado tenía una causa para ser detenido", agregó. 

El operativo en cuestión ocurrió en diciembre de 2018, cuando la Justicia local había posado la mira y había emitido una orden de captura para Alvarado como presunto instigador del homicidio del prestamista Lucio Maldonado –secuestrado el 11 de noviembre de ese año y hallado muerto dos días después–. Con el sospechoso prófugo, se hicieron varios procedimientos en propiedades en las que podían llegar a encontrarlo. Rodrigo Ortigala, quien admitió durante el juicio haber formado parte de la banda, afirmó como testigo en el debate oral y público que Esteban a veces pernoctaba en dos o tres inmuebles en la zona de las islas frente a Rosario, puntualmente en la zona del Charigüe.

Los acompañantes de Pullaro en su declaración de este miércoles (Alan Monzón/Rosario3)

Con la información de que Alvarado se podría ocultarse en esos domicilios, se realizaron operativos con Prefectura Naval y personal del Organismo de Investigaciones, pedidos por la Agencia de Criminalidad Organizada de Rosario y tramitados por la jueza Silvia Castelli vía exhorto a la Justicia de Entre Ríos, con competencia en el lugar.

Los allanamientos resultaron “negativos”, ya que Alvarado no fue encontrado en las propiedades apuntadas según los datos que había recolectado la Fiscalía.

Los atentados que Alvarado intentó atribuirle a Los Monos

Pullaro también repasó las actuaciones hechas durante su gestión por las balaceras contra edificios judiciales, domicilios de jueces y policías, que ocurrieron hasta agosto de 2018, todas ya imputadas a Los Monos –juicio que culminó el año pasado con condenas–. Cuatro meses después de esos atentados, hubo ataques contra el Centro de Justicia Penal y los Tribunales provinciales, donde se dejaron carteles con la frase “Con la mafia no se jode”, marca registrada de Los Monos a la hora de cometer graves delitos y balaceras. En el caso del palacio de justicia de Balcarce y Montevideo además se agregó “Atte: Esteban Alvarado”.

Pullaro, antes de ingresar a declarar de forma testimonial (Alan Monzón/Rosario3)

El ex funcionario de Seguridad recordó que en aquella seguidilla de balaceras de diciembre de 2018 –Centro de Justicia Penal, Tribunales, sede de Fiscalía y Concejo Municipal– creían que era planificada por Los Monos. Agregó que el atentado que “cambió la lógica” fue el que tuvo lugar el 31 de enero de 2019 contra el domicilio de Marina Marsili, que trabaja en la unidad fiscal que investiga a Alvarado.

La caída del más buscado

También enfatizó que durante su gestión encomendó personalmente la tarea al por entonces jefe de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) Maximiliano Bertolotti de detener a Alvarado. En ese contexto, Bertolotti le comentó que contaba con información de la intervención telefónica a la ex pareja de Alvarado –Rosa Capuano, condenada por la asociación ilícita– y le dijo que podrían encontrarse ambos en una localidad de Córdoba.

En efecto, la detención fue consumada en febrero de 2019 en la localidad de Embalse Río Tercero, en un club de pesca. “Le pedí a Bertolotti que no le informe a nadie, que vaya con el vehículo de civil y que lo mantenga en máxima reserva para ir adelante con la captura”, expresó y aclaró que dicha medida era porque había obtenido información del fiscal de San Isidro Patricio Ferrari –que investigó a Alvarado por robo de autos– de que había policías involucrados dentro de su organización.

Pullaro en la sala 10 del Centro de Justicia Penal (Alan Monzón/Rosario3)

“Se habilitaron gastos reservados. A las 14, me llamó para decirme que lo habían capturado. En ese momento pedí al ministro de Córdoba que reforzara la seguridad de la comisaría donde estaba Alvarado porque era un preso peligroso y con posibilidad logística para fugarse”, añadió.

Pullaro también remarcó que Esteban Alvarado arrojó su teléfono –iPhone 8– a un lago mientras corría para no ser arrestado. “Uno de los suboficiales que acompañaban a Bertolotti se tomó unos 10 minutos más o menos para recuperarlo del fondo del lago”, concluyó.

Después, subrayó que el propio jefe de la TOE Bertolotti fue enviado a Estados Unidos para dirigirse a una empresa que podía desbloquear el iPhone del presunto jefe narco, cuestión que terminó siendo clave para acceder a 4.500 mensajes de Telegram que tenía el dispositivo.