Ramón Antonio Gudiño, un hombre de 62 años que había sido herido el 30 de octubre durante un tiroteo en villa Vía Honda, en la zona sudoeste de Rosario, murió este martes en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca). 

Ese domingo, minutos después de las 17, hubo dos ataques armados en pocos minutos de diferencia en la cuadra de Cerrillos al 3900 que tuvieron como saldo cuatro heridos, tres de gravedad. Según indicaron fuentes policiales a partir de testimonios, los pistoleros eran dos en moto.

Una de ellas, Anahí Paloma O., una niña de 8 años que fue alcanzada por un tiro en la cabeza y estuvo muy grave en el Hospital Vilela hasta reportar una mejoría. En tanto, Alan N. (26) fue dado de alta tras recibir curaciones por un roce en el cráneo.

Los heridos de mayor gravedad, que fueron trasladados por una ambulancia del Sies, fueron Andrés Matías N. (32), que sufrió impactos en el pecho, testículos y mandíbula.

Y Ramón Gudiño, que tras casi nueve días de agonía murió este martes al mediodía. Tenía heridas en el pecho y el cuello, indicaron fuentes del caso. El hombre tenía domicilio en Aborígenes Argentinos al 5900, barrio Qom del distrito oeste. Al momento de ser herido, estaba en su moto Yamaha YBR. En el caso interviene la fiscal Marisol Fabbro.

La violencia letal había golpeado cerca horas antes. Javier Alejandro Céspedes (24) fue asesinado el sábado 30 de 9 balazos en Felipe Moré al 3700, a escasos metros del potrero de calle Cerrillos, un sector que acumula muertos –soldaditos, consumidores o vecinos en la línea de fuego– producto de disputas por el control del negocio del narcomenudeo. Céspedes, domiciliado en barrio Emaús, fue perseguido a pie por un hombre, recibió por la espalda algunos balazos y luego fue rematado en el interior de su vehículo, una modesta Renault Express.