El juez federal de Campana Adrián González Charvay procesó con prisión preventiva a ocho personas que fueron detenidas el 26 de agosto pasado en los allanamientos hechos contra una banda que pretendía enviar 1.658 kilos de cocaína a Dubai desde el puerto de Rosario. En la investigación se determinó que las maniobras en los pellets de maíz los hizo el colombiano Álvaro Antonio Ramírez Duque, quien vino específicamente para eso a la ciudad.

El procesamiento alcanzó a Gabriel Nicolau, Marco Páez, Lucas Hitters, Luciano Argüello, José “Tano” Sofía, Gastón Sofía, Oscar Rossi y Fabio Crucianelli, a quienes les imputó el delito de tráfico de estupefacientes en sus modalidades de almacenamiento y tenencia con fines de comercialización y les impuso embargos que van de los 500 a los 700 millones de pesos. 

Para el juez, los procesados constituyen la “pata local” de una banda de comercio internacional de drogas dirigida por dos colombianos, identificados como Gabriel Jaime Londoño Rojas y su socio Newson Cheung Sabogal, que permanecen prófugos.

También participó en el acondicionamiento de los 1.259 panes de cocaína ocultos en pellets de maíz (alimento balanceado), secuestrado en un galpón de Génova al 2400 (barrio Empalme Graneros), otro hombre de esa nacionalidad identificado en la causa como Álvaro Antonio Ramírez Duque, que tiene pedido de detención internacional.

De acuerdo a la causa federal de Campana, Ramírez Duque junto a Páez, Hitters y Gorosito fueron quienes hicieron las operaciones con la cocaína en Rosario, en el depósito de Empalme Graneros y en otro situado en Roberto Arlt y Julio Marc.

El origen

La investigación se inició como desprendimiento de otra causa sobre drogas en la que hay varios procesados desde abril pasado, en la que estaba mencionado José “Tano” Sofía, quien “poseía una sofisticada estructura delictiva integrada por distintos sujetos, así como también los conocimientos y medios financieros, logísticos y comerciales necesarios para el envío de los narcóticos desde nuestro país al viejo continente disimulando una operación legal de comercio exterior”, señala la resolución.

El círculo de la investigación se cerró sobre los implicados a partir de un dato proporcionado por la Drug Enforcement Administration (DEA) al juzgado de Charvay.

Los agentes antinarcóticos estadounidense le confiaron la llegada de Londoño Rojas a la Argentina, en mayo pasado, que solo podía explicarse por “la intención de contactar personas asociadas a sus actividades ilícitas, relacionadas con el tráfico internacional de estupefacientes”, dice el procesamiento.

Londoño Rojas estuvo tres días en la Ciudad de Buenos Aires, entre el 10 y el 12 de mayo, en los que mantuvo encuentros junto a Cheung Sabogal en un bar con Nicolau, alias “Vecino”, la cabeza local de la organización, según la pesquisa.

De acuerdo a la investigación, Nicolau contactó al “Tano” Sofía –mencionado en otras investigaciones por narcotráfico y en una causa por amenazas a la jueza Sandra Arroyo Salgado– para que montara la operación de exportación a España.

El grupo hizo un envío previo a ese país antes de que se detectara la maniobra con los 1.600 kilos de cocaína, aparentemente para “preparar el terreno”.

Para el juez Charvay, los procesados “formaron parte de una organización criminal dedicada primordialmente a la realización de actividades vinculadas con el contrabando y/o tráfico ilícito de sustancias estupefacientes en el orden internacional, contando para ello con una compleja estructura delictiva y los medios necesarios a esos fines”.

Con ese fin, montaron “una maniobra tendiente a la exportación de un cargamento de pellets de maíz contenidos en bolsas big bag” que debía salir del Puerto de Rosario, a través de la firma “Pepe Cereales SA”.

Según el fallo, en España la mercadería debía ser recibida por la firma Agrícola Beniel S.L, que está siendo investigada por tráfico de estupefaciente.

La resolución señala que el “Tano” Sofía, encargado de realizar la maniobra de exportación para “El Vecino” Nicolau, mantenía contacto frecuente con quien sería el sujeto receptor de los envíos en el continente europeo, apodado "El Español" o "El Gallego”.

El juez indicó en la resolución que “desde el mes de febrero, existía una vinculación entre Nicolau con José Damián Sofía, para que este financiara una exportación de cereales que el segundo concretara, siendo en un principio de harina de soja y luego mutando hacia pellets de maíz”.

Y afirmó que “se comprobó que la organización criminal que aquí se investiga funcionaba como una verdadera empresa delictiva, contando con tres distintos estamentos y una forma piramidal en su estructura, relacionándose un grupo con otro inmediatamente superior o inferior, no habiéndose detectado contacto alguno entre el grupo líder y aquellos ubicados en el último nivel estructural”.

Fuente: Télam