Un hombre de 49 años fue condenado a prisión perpetua como autor del femicidio de Marisa Alejandra Molina, quien en enero de 2020 fue asesinada de un disparo mientras dormía en su casa de Villa Gobernador Gálvez. El fallo fue dictado este martes por el tribunal integrado por los jueces Mariano Aliau, Gustavo Pérez de Urrechu y Carlos Leiva al cabo de un debate oral que comenzó el 15 de diciembre.

Marisa tenía 44 años y vivía en el barrio El Tigre en Villa Gobernador Gálvez. Tenía tres hijos y atendía un almacén a pocas cuadras de su casa. También jugaba al fútbol con otras mujeres del barrio. En la madrugada del viernes 24 de enero de 2020 fue asesinada de un disparo en la nuca y Juan Antonio Bracamonte, su pareja, quedó detenido acusado de haberla matado.

Casi tres años después, el imputado llegó a juicio oral. Al comienzo del debate los fiscales Matías Edery y Georgina Pairola dijeron que los testigos demostrarían la violencia de género que padecía la víctima. Su familia expuso que “la mató porque no podía cambiarla” y que ella misma lo llamaba “mi carcelero”, además de las limitaciones que sufría cuando quería realizar sus actividades diarias o juntarse con amigos.

Marisa y Bracamonte se encontraban en pareja desde hace 26, pese a que tuvieron algunas separaciones circunstanciales. Se conocieron cuando Marisa estaba embarazada de otro hombre y fruto de la relación nacieron dos hijos más.

En los testimonios, personas allegadas a Marisa dijeron que la mujer sufría opresión por parte de Bracamonte, quien la celaba “excesiva e infundadamente” y le disgustaba que saliera con sus amigas o hermanas; obstaculizaba la relación de Marisa con su familia de origen, al punto de que él no participaba de las reuniones familiares y Marisa llegó al extremo de tener que ir al casamiento de su propia hermana a escondidas.

“También la celaba por ir a jugar al fútbol, actividad que Marisa disfrutaba y que dejó de practicar en más de una oportunidad por los problemas de pareja que le traía”, señalaron los acusadores.

Marisa dependía, en parte, económicamente de Bracamonte y éste en alguna ocasión le negó el dinero para el pasaje de colectivo, “constituyendo todo lo expuesto claros ejemplos del contexto de dominación que ejercía Bracamonte sobre Molina".

En ese contexto, el 24 de enero de 2020 a las 3.30 en la casa de Paraguay al 500 bis Bracamonte efectuó un disparo con un revólver 38 en el cráneo de Marisa cuando esta dormía en la cama matrimonial.

Finalmente, Bracamonte fue condenado a la pena de prisión perpetua por los delitos de homicidio triplemente calificado por el vínculo por alevosía y femicidio en concurso real con el delito de tenencia ilegítima de arma de fuego de guerra.