Walter Rodríguez es el fiscal federal que investiga al ex jefe de la Policía Federal en Santa Fe, Marcelo Lepwalts, por supuesta connivencia con narcotraficantes desde hace al menos, cuatro meses. Y a partir de este viernes, también investigará al ex comisario Mariano Valdés –sucesor de Lepwalts en la fuerza federal–, a quien le encontraron metanfetamina en un bolso tras ser baleado en un episodio poco claro. Ambos, Lepwalts y Valdés, sostenían –e incluso quizás todavía mantienen– un vínculo de confianza y trabajo, según escuchas recientes. Sin embargo, lo llamativo es que el propio Rodríguez aseguró que Valdés “no estaba en su radar”.

Rodríguez también es el fiscal que hace unos dos años alertó a la ministra Patricia Bullrich sobre la connivencia en Santa Fe entre policías federales y provinciales con narcotraficantes. No obstante, mientras Valdés se recuperaba de las heridas de bala, Rodríguez salió a aclarar en Radio 2 que su denuncia no lo incluía e incluso que ni siquiera “estaba en su radar”.

“Yo no tenía en mi radar a Valdés, lo de Valdés fue una cuestión que sucedió más tarde y (fue) accidental a la comunicación que cursé al ministerio”, explicó dos días después de la balacera.

El 9 de septiembre pasado, el ahora ex jefe policial de la Federal fue baleado por tres personas y por sí mismo (accidentalmente) en la autopista Rosario-Buenos Aires. Valdés dijo que fue un ataque al voleo, pero Roxana González, que lo acompañaba en el Ford Focus esa noche, señaló que Valdés habló con sus agresores. Aparentemente, de acuerdo a la teoría de la Fiscalía, discutieron por un bolso que este viernes se comprobó que contenía metanfetamina. Mucha metanfetamina.

Luego, se constató que Valdés, nombrado tras la escandalosa salida de Lepwalts, mantenía un vínculo cercano con el propio Lepwalts y que incluso lo llamó (desde la cárcel) el día que la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) encontró el famoso bolso y lo detuvo a él y a su segundo, Higinio Bellagio.

Todo parece haber ocurrido fuera del radar de Rodríguez y de la propia ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich, que habría estado avisada de la corrupción policial y que incluso había vinculado el ataque en la autopista con el buen trabajo de Valdés a la hora de limpiar una fuerza ensuciada por los supuestos negociados de Lepwalts.

Apenas ocurrió el ataque contra Valdés, Bullrich dijo que fue “un ataque mafioso muy grave, que lo ligamos a la tarea que está llevando adelante la nueva jefatura”. Más tarde tuvo que desdecirse y tildó al ex jefe de “mentiroso disfrazado de policía”.