Omar Perotti asumió como gobernador de Santa Fe, acompañado por el presidente Alberto Fernández. El juramento se lo tomó la flamante vicegobernadora, Alejandra Rodenas, que juró antes que él y luego presidió la continuidad de la Asamblea Legislativa. El nuevo mandatario pronunció un durso discurso, muy crítico con su antecesor, Miguel Lifschitz –que sí fue elogiado por el jefe del Estado nacional– y llamó a "hacer una Santa Fe digna de su historia".  

El acto en la Legislatura comenzó a las 19.20, más de dos horas después de lo previsto, por la demora en la llegada de Alberto Fernández, que arribó acompañado por el ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro, y la ministra de Vivienda, la rosarina María Eugenia Bielsa.

Por Dios, la Patria, el pueblo de Santa Fe y su honor juró Perotti, mientras que Rodenas evitó a Dios. "Estamos emocionados por la presencia de Alberto", dijo la vicegobernadora, a quien luego le costó encontrar el papel que indicaba el orden protocolar del acto, y dio así un toque de informalidad luego de la jura.  

Llegó entonces el tiempo del Himno Nacional y luego Fernández, a quien Rodenas nombró como "el presidente de la unidad de todos los argentinos", dijo unas palabras en las que elogió tanto al gobernador saliente Miguel Lifschitz como al entrante, y prometió "desde la Nación ayudar a Omar todo lo que podamos porque es ayudar a los santafesinos". El presidente se retiró al terminar su breve discurso, ya que debía viajar a Paraná, Entre Ríos, para participar de la asunción del mandatario de esa provincia, Gustavo Bordet.

Perotti acompañó al exterior de la Legislatura a Fernández. Allí lo despidió, y luego reingresó para dar su primer discurso como gobernador ante la Asamblea Legislativa.

"Nuestra tarea es poner de pie a Santa Fe", dijo, y advirtió sobre los "muchos y graves problemas" de la provincia. "Pero los vamos a resolver", afirmó.

Trazó un crudo diagnóstico de la situación de la provincia, habló del déficit de más de 9 mil millones de pesos de déficit que deja la gestión Lifschitz, y de un deterioro "que no se ha visto en ninguna provincia argentina". Pero agregó: "A las crisis no se las llora, a las crisis se las enfrenta y se las derrota" y prometió que no se aferrará al discurso de la "pesada herencia".

También se refirió a la emergencia en seguridad y aseguró que trabajará para que la policía sea una fuerza "eficiente y democrática".   

"La policía se ha divorciado de la sociedad y ésta le ha perdido confianza", advirtió.  Y prometió cortar los vínculos entre las instituciones y el delito. 

Entre sus duras críticas a Lifschitz incluyó un fuerte reproche por el "daño institucional" que generó la "inédita" situación de que el gobierno que se va elabore el presupuesto del que llega y prometió "pedir todas las prórrogas necesarias" para que quien dentro de cuatro años lo suceda "pueda elaborar su propio presupuesto".

En ese marco, hizo un llamado a los legisladores, fundamentalmente a los de su partido que votaron el presupuesto que presentó Lifschitz, para que apoyen "las correcciones que habrá que hacer" a la ley de leyes. Con lo cual anunció que enviará normas complementarias que redefinir la política presupuestaria. 

En la Casa de Gobierno

Terminado el acto en la Legislatura la ceremonia de traspaso siguió en la Casa Gris, donde Lifschitz le entregó a Perotti los atributos de mando –banda y bastón– y después de tanta tensión discursiva en la Legislaturta se dieron un abrazo.

Entonces, llegó el tiempo de la jura de la ministros en la explanada de la Casa de Gobierno.