El edil y flamante vicepresidente primero del Concejo Municipal, Roy López Molina, salió a aclarar –pese a las acusaciones y comunicados cruzados– que el bloque de Juntos por el Cambio no se rompió. Y que él sigue al frente del bloque con más peso en el Palacio Vasallo, con nueve de los 28 concejales. Sin embargo, sumó otra fuerte acusación: dijo que el sector de Alejandro Rosselló, que hasta esta semana tenía la presidencia del cuerpo, usó ese espacio institucional para financiarse políticamente. 

“Cuando llegaron a la presidencia del Concejo en lugar de utilizarla para la construcción de políticas públicas, entendieron que ese era un lugar de financiamiento de la política con recursos públicos”, llamó la atención López Molina en contacto con el programa Radiópolis (Radio 2) y aseguró que “ahí fue donde trazamos una linea”.

De este modo, López Molina le devolvió el golpe a Rosselló que lo tildó de “rata” y lo acusó de haber negociado “valores” al acordar con el Frente Progresista, La Cámpora y Ciudad Futura para quedarse con la vicepresidencia primera.

“Nosotros seguimos perteneciendo al bloque constituido en el Concejo, nos toca presidirlo y vamos a seguir defendiendo los valores que fueron a elegir un 40 por ciento de argentinos el último 27 de octubre”, dijo.

También desechó las suspicacias en torno a la oficina del Consumidor, conducida por Julia Bonifacio, ex pareja de López Molina: “Son planteos machirulos, porque la oficina de Defensa del Consumidor está en manos de Cambiemos desde hace cuatro años y siempre que se ha elegido a una representante no se lo ha hecho por sus relaciones personales, sino por sus características políticas, ex concejales, dirigentes absolutamente capacitados, son lugares que tiene que estar en la oposición porque permite un control más serio de la gestión municipal”.

“Al final del día, Rosselló tendrá que hacer un mea culpa”, dijo López Molina.

Lejos del mea culpa, el ex presidente del Concejo salió a redoblar la apuesta en contacto con A diario. Insistió en que la actitud de López Molina fue propia de una “rata que abandona el barco cuando se está hundiendo”. Y se defendió las acusaciones sobre el uso que hizo de la presidencia: “Hicimos una gestión impecable”.

Roy defraudó al votante rosarino. (…) Se sentí en una negociación política escondida, oculta, haciendo una estrategia de entretener a uno, diciéndole la verdad a uno y la mentira a otro”, dijo.