Hace poco más de una semana el presidente norteamericano Joe Biden pronunció su discurso ante el Congreso y en Argentina lo rebautizaron Juan Domingo Biden. Un poco mucho, sí, pero ciertos posicionamientos sonaron a justicialismo. La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner lo linkeó con el general y se armó debate en las redes. Rosario3 consultó a investigadora del Conicet y especialista en Estados Unidos, Anabella Busso*.

Más que a Perón, para Busso, Biden parece acercarse a Franklin Roosevelt y a Bernie Sanders. Y alejarse un poco de Bill Clinton y Barack Obama. ¡Plop!

A pesar de que fue su vicepresidente desde 2009 a 2017, y que su campaña contra Donald Trump se montó sobre la sonrisa de Barack –que no es como la de Perón, pero tiene carisma, en términos politológicos– , Busso nota que Biden de a poco se corre al “lado Sanders” de los demócratas.

“Biden es un presidente que fue menos progresista en su campaña electoral y más progresista en lo que va de su gestión”, observó a 100 días de presidente.

La gran diferencia con Obama, al menos en términos discursivos, es también lo que lo emparenta con Roosevelt y para algunos con el Pocho: el trabajo y la clase media como salida de la crisis económica (y encima ahora también, pandémica).

“Lo que propone Biden, o lo que escuchamos en su discurso es una propuesta política, social y económica de política interna, lo que llamamos política doméstica que recupera parte de la manera de afrontar una crisis muy profunda que aplicó Estados Unidos en los años 30 (con la caída de la bolsa de Wall Street) bajo la gestión de Roosevelt. La idea de reconocer que es necesaria una estructura impositiva para que paguen los que más tienen y que no caiga en las clases más desposeídas y la clase media, que Wall Street es muy importante pero que el trabajo se construyó a base de sindicatos y fortalecieron a la base media”, analizó.

La “sorpresa” entonces es que el favorito del establishment que en el 2008 ayudó a Obama a paliar la crisis financiera que desataron las hipotecas subprime, con más asistencia estatal al sistema bancario, ahora parece querer cambiar el “approach”.

“Ese Estado de Bienestar (de Roosevelt) tiene en América Latina algún tipo de recuperación en la visión desarrollista, que le daban un rol muy significativo al Estado en la planificación de las políticas públicas y fundamentalmente como el que dirige el destino de un país, especialmente en un período de crisis. El hecho de reconocer el rol de la sindicalización y de las clases medias y fortalecer la industria, en este caso en un contexto distinto, coincide en líneas generales y en distintas épocas con el rol del Estado que los partidos populares argentinos han tenido para sus políticas domésticas. Muchas de las cosas que sostuvo el peronismo, aparecen mencionadas en el discurso de Biden, que se distancia de Trump y también de estrategias políticas que aplicaron demócratas como Clinton y Obama”, señaló.

Biden entonces no es peronista, es keynesiano. El Keynes del gasto en obra pública para reactivar la macroeconomía, el de mejor hacer un pozo y volverlo a tapar, que tener gente desocupada. El de Roosevelt, y por ahora solo en lo discursivo, que no es poco. Pero ya lo decía el general, mejor que decir, es hacer.

Algunas claves del “new deal” de Biden

A grandes rasgos, Biden propuso distintos programas sobre siete grandes temas que a veces se conectan y para los que quiere subir los impuestos a las corporaciones, a quienes ganen más de 400 mil dólares al año y a las multinacionales. Son: familia, empleo, educación, ambiente, salud e inclusión. Y China.

“Todavía no percibimos cambios significativos o ninguno en términos de política exterior”, advierte Busso.

Familia

  • Brindar licencia familiar y médica pagada
  • Ofrecer créditos tributario por hijos hasta 2025.
  • Dar ayudas para pagar el cuidado infantil, que incluye el preescolar gratuito para personas de bajos ingresos.

Educación

  • Implementar la gratuidad escolar de los colegios comunitarios durante los dos primeros años
  • Mejorar el sistema de becas
  • Empleo, ambiente y salud:
  • Incrementar de forma sostenible la producción industrial y generar puestos de trabajo con obras de infraestructura que van desde aeropuertos y rutas hasta escuelas, cloacas y acceso a internet.
  • Aumento del salario mínimo.

Inclusión

Aquí tendrá un rol destacado la vicepresidenta Kamala Harris con los vínculos que pueda generar con el llamado “Triángulo del Norte” (Honduras, Guatemala y El Salvador). La intención es invertir en las naciones centroamericanas para evitar la emigración.

Por otro lado, Biden instó al Congreso a solucionar de forma definitiva la situación migratoria de los llamados "dreamers", los jóvenes que emigraron como niños a Estados Unidos; y extender un estatus legal a los trabajadores agrícolas y a aquellos que se encuentran en el país bajo un estatus de protección temporal.

También apuntó al fin de violencia institucional racial, en el marco del “Black lives matter” (Las vidas de los negros importan).

China

Biden quiere una fuerte presencia militar en el Pacífico e impulsar el desarrollo tecnológico y el comercio. "No hay razón para que las aspas de las turbinas eólicas no se puedan construir en Pittsburgh en lugar de Pekin", llamó la atención y advirtió con más dureza: “(China) está resuelta a convertirse en la nación más importante del mundo. Él (Xi Jinping) y otros, autócratas, piensan que la democracia no puede competir en el siglo XXI con las autocracias".

Esta revalidación de la calificación de “enemigo” (más que adversario) con China, obligará a la Argentina a estar atentos con dos cosas: el desembarco del 5G de Huawei y la estación espacial china en Neuquén.

*Anabella Busso es licenciada en Ciencia Política por la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y Master en Ciencias Sociales de FLACSO. Investigadora adjunta del Conicet, docente de grado y posgrado en la UNR, Universidad Nacional de La Plata; Universidad Nacional de Córdoba; FLACSO –Sede Argentina–;  Instituto del Servicio Exterior de la Nación y la Universidad de La República, Uruguay. Ha escrito libros, capítulos de libros y artículos sobre política exterior argentina y relaciones bilaterales entre Argentina y Estados Unidos.