Cada 25 de agosto se celebra en Argentina el Día Nacional de Ayuda a la Persona con Autismo en homenaje a la creación de la Asociación Argentina de Padres de Autistas (APADEA), en 1994. Desde allí se ofrece orientación, asesoramiento e información para quienes así lo deseen, a través de los propios padres, madres, y profesionales especialistas e investigadores.

Ser parte activa de la integración e inclusión de personas con Trastorno de Espectro Autista (TEA) es fundamental como sociedad. Tal como su nombre lo indica, se trata de un trastorno y no una enfermedad, lo cual implica que no tiene cura pero sí es una constitución diferente de lo biopsicosocial por lo que es clave lo que se hace terapéutica y socialmente para que la persona pueda desarrollarse a lo largo de su vida.

Existe una gran diversidad de trastornos y formas de manifestación, siendo algunas de las más conocidas el Síndrome de Asperger, Síndrome de Heller, Síndrome de Rett, autismo, entre otras. Todos coinciden en complejidades en la comunicación, interacción social, así como la realización de actividades restringidas y repetitivas. La detección temprana es clave para realizar abordajes a tiempo, pertinentes, que permitan una evolución más amena tanto para la persona como para su entorno.

Inclusión en la infancia

Desde las distintas organizaciones en todo el mundo se han desarrollado distintas guías que permiten conocer de qué forma se puede colaborar socialmente para crear una sociedad más amena y contributiva. Una de ellas expresa algunas cuestiones a tener en cuenta al momento de tomar contacto con niñas, niños y adolescentes con TEA.

Entre estas recomendaciones, se encuentran:

-No etiquetar: Tener autismo es sólo un aspecto de la personalidad, no define a la persona en sí misma. Limitar su reconocimiento puede establecer bajas expectativas para la propia persona respecto de sus metas a futuro o crecimiento personal.

-Recordar la alteración de las percepciones sensoriales: Imágenes, sonidos, olores, gustos y texturas son estímulos fuertes y, en muchos casos, causan dolor. Por ello es importante detectar lo que le sucede a cada persona para no generar malestar, sobre todo en sitios en donde se frecuentan demasiado (escuela, clubes, la propia familia).

-No es que no se "quiere", en muchos casos, no se "puede": El lenguaje representa un gran reto, por lo que muchas veces hay dificultad para comprender lo que se está diciendo. Asegurarse de la comprensión de lo que se quiso decir será fundamental para una comunicación más eficaz.

-Interpretaciones literales: En muchos casos, sobre todo en Síndrome de Asperger, las palabras y expresiones suelen interpretarse de forma literal. Por ende, los juegos de palabras, frases idiomáticas, dobles sentidos, metáforas y sarcasmos no suelen ser comprendidos como tales. Asegurarse de que se haya comprendido lo que realmente se quiso transmitir.

-Utilizar gestos: Como el lenguaje verbal muchas veces se dificulta en su comprensión, es importante acompañar lo que se dice con imágenes o gestos si así lo requiere la persona. La repetición y los cronogramas visuales son grandes herramientas para aliviar el estrés de recordar lo que sigue, sobre todo cuando se trata de actividades rutinarias.

Trabajo en la adultez

En cuanto a las personas adultas con autismo, la inclusión laboral es un gran factor que se trabaja socialmente. El trabajo es un derecho fundamental y se reconoce como factor esencial para mejorar la calidad de vida, desarrollo personal y participación plena en el grupo social al que se pertenece.

Esto a su vez garantiza mayores niveles de autonomía, independencia, pudiendo ejercer sus propios derechos y libertades fundamentales. Es importante que quienes brinden trabajo lo hagan concibiendo a las personas como sujetos de derecho, sin precarizarlas ni generarles ningún tipo de discriminación.

En tal sentido, las entrevistas laborales también deben contemplar la gran diversidad que existe, sobre todo en personas con TEA. El artículo 27 de la Convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad subraya la necesidad de salvaguardar e impulsar la promoción del empleo de las personas con discapacidad ante el reconocimiento de que es necesaria su incorporación a la esfera laboral y a los programas y servicios relacionados con el empleo para lograr la plena inclusión.

Desde la aprobación de la Convención se ha comenzado a dirigir la mirada a la promoción de la igualdad de oportunidades de empleo y la inclusión de las personas con discapacidad en diversos ámbitos como son el desarrollo de competencias profesionales, promoción del empleo, protección social y no discriminación. En Argentina, si bien hay algunas iniciativas desde el sector público, privado y de organizaciones de la sociedad civil que lo promueven, aún es muy incipiente este recorrido.

Por ello, teniendo como referencia el modelo social de la discapacidad, se enfatiza en que las dificultades para la inclusión laboral de este colectivo en el mercado de trabajo no residen en sus capacidades y competencias, sino en la falta de medidas, recursos, y apoyos que favorezcan el acceso y mantenimiento del empleo, y también a la ausencia de oportunidades en el sector empresarial argentino.

Es necesario impulsar acciones tendientes a promover la inclusión laboral de las personas con TEA utilizando modelos y apoyos adecuados a sus capacidades, intereses y habilidades. Asimismo, es necesaria la puesta en marcha de más iniciativas que fomenten la capacitación de las personas en el ámbito laboral en el que van a desarrollar posteriormente su trabajo y la detección de barreras y facilitadores existentes en las empresas, tanto públicas como privadas, así como también en los organismos estatales.