Delta a la que conocimos bien, formó parte de la segunda ola en el mundo, con su particularidad: agravar los cuadros de la infección, hacer que los pacientes tuvieran que recibir cuidados intensivos por tiempo prolongado, recurrir al uso de respiradores, y cuando no se podía revertir esa situación, al deceso. Esta fue la situación en tiempos que no contábamos con las vacunas, o sólo habíamos accedido a una dosis de las mismas. Es decir, cuando estábamos en desventaja para hacer frente a la infección.

Con omicrón vemos que se ha disminuido su letalidad. El paciente infectado se aisla en su domicilio cursando síntomas leves, se disminuyó el paso por terapia, incluso no se llega muchas veces a la   internación. Pero aumentó su capacidad de contagio.

Durante el comienzo de la pandemia, una infectóloga china, dijo: “el virus, que lo único que pretende es la sobrevivencia, aumentará su capacidad de contagio y al mismo tiempo va a disminuir su capacidad de mortalidad, ya que, si mata al huésped, no se podrá propagar”.

Y, bien, algo de esto está pasando. De lo que tenemos que estar atentos es sobre la vacunación con el esquema completo, dos dosis y el refuerzo, ya que esta es la mejor manera de enfrentar la infección, ya que los cuadros demuestran ser más leve.

Entonces, sabemos que, a corto plazo, el cuadro se manifiesta leve. Lo que no sabemos son las posibles complicaciones a largo plazo. Ya hay estudios que muestran que, a los tres meses de la salida de omicron, las personas infectadas tienen todavía síntomas residuales de la infección, como fatiga, y pérdida del olfato o el gusto, de lo cual se desprenden cuestiones vinculadas a la alimentación, ya que el olfato va atado al gusto, lo que repercute no sólo a nivel personal, sino que afecta a los vínculos sociales y familiares, alrededor de la comida.

En estos días se habla mucho sobre que la pandemia derivará en endemia con vacunación anual, ¿es lo que ustedes esperan?

Lo que nosotros creemos es que será difícil que pase y que sea en el corto tiempo. En general estos cambios evolutivos toman más tiempo y el mismo va a depender de la conducta de los Estados Nacionales y de las Organizaciones Multilaterales de salud, como la OMS y las demás organizaciones de Europa y otros continentes, ya que es imprescindible que estos actores entiendan que estamos ante un fenómeno global que exige estrategias globales. La nueva variante del covid surge de África el continente cuya población está vacunada en un 10%, lo que habilita a que aparezcan variantes que luego se globalizan en un mundo de constante intercambio. Lo cual lleva a la categoría de fantasía lo de la “inmunidad colectiva”, ya que la capacidad mutante que tiene covid, no invita a que se llegue a la inmunidad de rebaño, sin una vacunación con esquema completo a nivel global.

¿Qué nos puede decir sobre el acortamiento de los plazos de aislamiento para los contactos estrechos?

Aquí nos enfrentamos con que las medidas tienen dos aristas, una político-económica y una arista sanitaria. Debemos aclarar: contacto estrecho vacunado con esquema completo que está asintomático. Las medidas gubernamentales dicen que “estaría en condiciones, con medidas de autocuidado y automonitoreo de síntomas diario, de volver a su actividad normal. La opción es correcta, pero nosotros ponemos un PERO. Éste, apunta a una distinción: cuando tocamos a personal esencial en industrias es correcto, pero cuando tenemos al personal de salud, debemos entender que su contacto es con personas enfermas muchas de las cuales son personas inmunodeprimidas, operadas, con tratamientos oncológicos, etc. Y en estos casos debemos ser muy cuidadosos. En salud, el contacto estrecho, aun vacunado con las tres dosis y recurriendo como se hace a todas las medidas de protección, demandará una vigilancia estricta y diaria si tiene que reingresar al sistema de salud. Hoy un 33% de su personal de esta plantilla está licenciada o por contacto estrecho o por transitar el cuadro COVID.

¿Le he escuchado decir que el barbijo es como la cuarta etapa del esquema completo?

Sería como la cuarta dosis, esa es la importancia de su uso universal y correcto.

¿Por qué?

Porque cuando no tuvimos vacunas, el barbijo represento la estrategia sanitaria colectiva y global que influyó más en cortar la cadena de contagios; más que la ventilación cruzada, más que el lavado de manos, más que los cambios de vestimenta. Por eso su uso debe quedarse hasta el final.

RECOMENDACIONES

“Yo diría que hoy las dos herramientas objetivas y concretas que demostraron eficacia en la pandemia fueron: barbijo y esquema de vacunas siempre que sea a esquema completo.

Hoy quien concurra a los lugares de vacunación son inoculados si están dentro de los grupos correspondientes.

Se bajó el tiempo de seis a cinco y, ahora a cuatro meses del refuerzo anterior.

Las defensas están durando unas doce semanas. En el futuro cercano, y se piensa para junio julio, va a aparecer en el mercado, la vacuna multivariante, que cubrirá todas las variantes en una solo dosis. Esto es lo que se viene para el próximo cuatrimestre.

De paso tengamos en cuenta que el régimen para la influenza que es de frecuencia anual, parece que no será el del covid que, en principio, sería más corto. Pero esto todavía forma parte de las cosas que se desconocen.

*Marcelo Mariño, especialista en clínica médica, matrícula 11937

Consultorios del Británico, Jujuy 1540 Rosario