Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertaron que las personas que viven "en países de medianos y bajos recursos", experimentan en forma desproporcionada los efectos de la contaminación del aire en comparación con quienes habitan regiones más ricas. Asimismo, el organismo asegura que una "abrumadora mayoría de muertes prematuras" por esta causa ocurre en estos países.
Por otra parte, la Agencia CyTA-Leloir indicó que en Sudamérica, donde se estima que el 80% de la población está expuesta a niveles peligrosos de partículas nocivas al respirar, no hay casi estudios científicos sobre el tema, a diferencia de los que ocurre en países de Europa, América del Norte y Asia, según indicó una investigación internacional de la que partició Argentina.
“En Sudamérica faltan estudios que analicen la magnitud del problema en distintos entornos y poblaciones. Uno de los mayores limitantes es la falta de datos detallados de salud. Esto no impide la gestión, pero sí reduce la visibilidad del problema a nivel local y puede dificultar la identificación de las zonas o grupos más afectados”, aseguraron desde estudio del que forma parte una investigadora de CONICET.
El trabajo publicado en Current Opinion in Environmental Science & Health revisó más de 90 trabajos científicos sobre la temática en este sector del continente y constantó que no sólo existe una brecha respecto de la producción de investigaciones entre Sudamérica y los países del hemisferio norte, sino que además hay una gran desigualdad hacia el interior del subcontinente: "Brasil es el país que ha producido la mayor parte de la literatura revisada por pares. Chile, Argentina, Colombia y Perú le siguen, cada uno contribuyendo con un tercio o menos de publicaciones que Brasil".
A su vez, la investigación detectó una problemática común que no contemplan los estudios realizados en otras regiones: "Un aspecto particular y muy relevante en Sudamérica es la quema desmedida de biomasa en la región amazónica, compartida por varios países, relacionadas a la deforestación y la agricultura. Estas emisiones contaminan no sólo el aire a nivel local, sino que afectan también prácticamente toda la región".
Los niveles alarmantes de la región
Según la investigación, la mayoría de los estudios actuales están dedicados a las mediciones de contaminantes en el aire, y no a su impacto. En ese sentido, al menos cuatro ciudades sudamericanas están muy por encima de lo sugerido por la OMS: por ejemplo, mientras que la directriz del organismo indica que el promedio anual de dióxido de nitrógeno no debería superar una concentración de 10 μg/m3, en 2023 Santiago de Chile tuvo un promedio del 39,5; Sao Paulo, de 36; Quito, de 25,5, y Bogotá, de 24,3. Lo mismo sucedió con las partículas de tamaño inferior a 2,5 μm (milésima de milímetro): las cuatro ciudades superan entre dos y cuatro veces las recomendaciones de la OMS.
En cuanto a los escasos trabajos que analizan los efectos de la contaminación del aire en la salud, un estudio que se realizó en Brasil en 2013 demostró altos niveles de carboxihemoglobina, la unión del monóxido de carbono a la hemoglobina de los glóbulos rojos en los conductores de mototaxis. Esto se debe a la exposición ambiental y laboral.
Otra rama de trabajos vinculó la contaminación con las poblaciones más vulnerables. Un estudio en Brasil demostró que los bebés y los niños presentaron mayores riesgos de mortalidad por enfermedades respiratorias -asociadas al aumento de las concentraciones de partículas contaminantes cuyo diámetro es inferior a 10 µm (PM10)- en las megaciudades de Río de Janeiro, San Paulo y Santiago de Chile.
En cuanto a la exposición a la contaminación en el interior de las casas, Sudamérica cuenta con una gran cantidad de población rural que aún utiliza la quema de biomasa para poder cocinar o calefaccionarse. Aunque no existen muchos trabajos al respecto, los resultados de los existentes son preocupantes: en Perú, un estudio demostró que el uso de combustible de biomasa se relacionó con presión arterial más alta y niveles elevados de monóxido de carbono exhalado, ambos marcadores de riesgo cardiovascular e inflamación.
“En muchos países de la región, como Argentina, notamos una falta de recursos de todo tipo. El monitoreo reglamentario es escaso, y la comunidad científica especializada en calidad del aire es pequeña dentro del ámbito de las ciencias ambientales o atmosféricas”, señalaron. E indicaron que los efectos de la contaminación del aire sobre la salud están sólidamente documentados a nivel internacional, y que las recomendaciones de la OMS para todo el mundo dejan claro que es un tema sobre el que hay que actuar sin perder tiempo.
Fuente: NA.



