Más de un 60% de las enfermedades infecciosas humanas conocidas y un 75% de las enfermedades humanas emergentes son de origen animal. Además, se conocen más de cien infecciones transmitidas por artrópodos, como mosquitos y garrapatas. Desde una perspectiva de abordaje integral, investigadores europeos lanzaron su trabajo titulado “Salud Global, la nueva estrategia frente a la amenaza medioambiental”.

A partir de su estudio, los investigadores consideran que no hay razón para pensar que la amenaza de las enfermedades infecciosas emergentes o reemergentes disminuya en el futuro, una situación que puede agravar el cambio climático.

Si bien no se trata de dibujar un “escenario apocalíptico”, en las últimas décadas han crecido las zoonosis y se transcurrió por la pandemia de Covid-19. Por eso, hay que “mejorar la comunicación y la coordinación entre los profesionales de la salud pública, médicos, farmacéuticos, biólogos, científicos del clima y veterinarios, y los políticos que son los que realmente toman las decisiones”, señalan en el libro.

Un abordaje integral

Los autores repasan el estado del VIH, la tuberculosis y la malaria, que “siguen siendo un problema”, y otras enfermedades que empiezan a no ser extrañas, como el dengue. Además, analizan aspectos como la importancia de la calidad del aire y el papel primordial de las vacunas en la salud de todos.

Por otra parte, hacen hincapié en la gripe aviar, virus transmitidos por artrópodos y resistencia a antibióticos. En cuanto a los virus, sostienen que hay que estar atentos a los de la familia de la gripe, sobre todo la aviar, que podrían saltar al ser humano, y a los coronavirus. En especial el H5N1, que ya causa una pandemia en aves y preocupa no solo por el impacto “devastador” en la industria avícola , sino también porque está produciendo “unas pérdidas de biodiversidad enormes” en las aves silvestres.

La resistencia a los antibióticos es otro de los desafíos que puede cambiar la vida en los próximos años o décadas. A modo de ejemplo, relataron que en España mueren unas 35.000 personas al año por infecciones de patógenos multirresistentes.

Además, hay que prestar atención al exceso de uso de estos fármacos y otros en la ganadería, que ayuda a la aparición de resistencias. Tanto en personas como en animales se trata de “racionalizar el uso” y evitar que lleguen al medioambiente de forma masiva y contaminen. De los 4.000 medicamentos usados en salud humana y veterinaria, casi cien se han detectado ya en ríos, lagos o lodos.

La tercera amenaza son los virus transmitidos por artrópodos, que son vectores de enfermedades como la malaria, el zika o el dengue y ponen en riesgo la salud de millones de personas cada año. Es uno de los grandes retos de salud a raíz del cambio climático, el cambio de usos del suelo o el transporte de personas y animales, que favorece la movilidad de esos vectores.

Se trata de otro ejemplo de la necesidad de tener un enfoque interdisciplinario con la incorporación de especialistas en medioambiente y entomólogos, que son quienes realmente conocen su biología.

Conclusiones de la estrategia de salud global

En conclusión, destacan que hay tres aspectos fundamentales a tener presentes para prepararse ante nuevas amenazas:

-El primero, seguir dando importancia a la investigación científica para mejorar los sistemas de diagnóstico, las vacunas y la vigilancia epidemiológica.

-El segundo, la propia estrategia de Salud Global, que ponga a trabajar juntos a todos los profesionales implicados, porque los nuevos retos de salud son complejos.

-Y el tercero, la solidaridad internacional porque no tiene sentido vacunar a un continente y que otro no tenga vacunas, si lo que pasa en un país “puede tener consecuencias planetarias”. La salud es global, "tanto entre nosotros como con los animales y el medioambiente, porque todo está conectado”, concluyeron.

 

Fuente: EFE Salud.