Acabamos de finalizar esta década, una en la que el alimento se consideró bajo tres aspectos: el que nutre, el que está dotado de un tono emotivo, como la secreción pancreática y, por último, el hombre, quien le confiere significaciones simbólicas.

Estos puntos aparecen de un modo u otro en las tendencias que continuarán; como la implementación de nuevos ingredientes, las cocciones simples y una mayor conciencia de nuestro consumo.

- Cremas frías revisitadas

Bajas en calorías y enormes en sabor. Comodín de todas las estaciones, incorporá alimentos novísimos, como las semillas de amaranto o chía; hierbas aromáticas, como la albahaca; y combinaciones inesperadas, como el dulzor de las frutas.

- Iced tea

El té helado es una bebida tan popular fuera de nuestras fronteras que hasta tiene un día internacional en su honor (el 10 de junio). Cuando a las propiedades antioxidantes, diuréticas y en general saludables del té se les suma el hielo, el placer es casi una experiencia religiosa.

-Mezclado, no agitado

Recordarás el de 2019 como el verano en que te atreviste con ciertos cócteles… y nunca más volviste atrás. Mezclas refrescantes y audaces, deliciosas durante la noche y con pocas repercusiones la mañana después. Mezclas como la ginebra más buscada con su complemento de naranja deshidratada y piel de limón; el Bacardí Limón  y un revolucionario cóctel a base de Blume Verdejo.

- Oro verde

Los historiadores gastronómicos se refirirán a estos años como "la edad de la palta". Por su sabor y cualidades nutricionales, se ha convertido en base de muchos platos, aunque no está exento de polémica.

- Helados de autor

Los helados son la última gran tendencia gourmet.

- Espirituosos glaciales

¿Vinos? ¡Sí! ¿Fríos? ¡Por favor! Para tus fiestas en la terraza, para las reuniones familiares, para tus maratones de Netflix… Siempre con una copa (de vino) en la mano.