La industria argentina sigue en crisis y debe surfear la ola de la apertura comercial y la reducción de impuestos a la importación,  impulsada por el gobierno nacional para estimular la competencia y obtener una reducción de precios. Una muestra es el sector textil local consternado ante el boom de las plataformas de comercio electrónico de China, tales como Shein y Temu. 

Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), su titular, Ricardo Diab, profundizó sobre el fenómeno, en diálogo con De Boca en boca (Radio 2). “Las importaciones son necesarias para un país que quiere ser exportador, pero fundamentalmente de materias primas y tecnología, inversiones. Pero cuando ya pasa a otro tipo de competitividad con economías que tienen otra regulación para la producción, el trabajo, etc., se nos complica mucho más” comenzó su análisis de la situación. 

“Independientemente de bajar los costos argentinos a través de traer productos más baratos, muchas veces se destruyen industrias locales que también son necesarias porque le dan empleo a nuestra gente”, observó al tiempo que admitió que la compra venta en el país se torna día a día más digital. “La gente se acostumbra a comprar así, sobre todo, los jóvenes con los celulares. Un gastronómico me decía «el vecino de al lado me mide la pizza por teléfono». Pero es peor cuando vienen de países lejanos, se hace muy difícil competir están exentos de impuestos, cosas que el mercado interno sí tiene que pagar para producir. Con esto no queremos decir que protegemos al que cobra de más su producto, que aprovecha un mercado cerrado para hacer diferencia, creo que todo hay que medirlo y controlarlo”, señaló.

Diab confió que “la gran mayoría del sector se está readecuando” y que “muchas empresas que tienen sus negocios visibles también venden por sistema, pero las empresas locales nuestras tienen que cumplir con todos los requisitos”.

Y apuntó: “Ahora cuando compro en un país lejano y tengo reducciones impositivas, no sé cómo en su país de origen se reglamentó, me ponés en competencia con algo muy diferente con lo nuestro. Pero, para la filosofía de este Gobierno de libertad, conseguir un producto a mejor precio sin importar las consecuencias que traiga, nos complica”.

Consultado sobre la existencia de precios excesivos, sobre todo, en la escena textil, el dirigente manifestó: “Hay cosas que revisar, mayoristas que antes de que asumiera Milei calcularon un dólar a dos mil pesos y no lo bajaron–ejemplificó–No estamos para cuidar a quien se excede y aprovecha, pero no olvidemos que cualquier producto en la Argentina tiene de base un 50 por ciento de impuesto y si le seguimos sumando. No nos olvidemos de la industria del juicio que tiene Argentina”.

“Hay muchas pequeñas cosas que mejorar más la conciencia del empresario de cobrar precios justos, la inflación cedió aunque hay que bajarla más y la rentabilidad tiene que estar en el volumen, no se van a vender muchos productos a alto costo”, evalúo. 

Diab trazó un panorama al establecer que en el país hay un sector que se pregunta “¿Por qué nos quieren prohibir comprar lindo y barato?” y por otro lado, están los industriales y comerciantes que dicen que se funden porque no tienen cómo competir. Entonces, consideró: "La industria da trabajo a la gente, y si no hay empleo, no hay consumidores en los negocios, hay que pensar en la cuestión social”. 

Por último, redondeó: “Para el consumo la política del Gobierno es negativo y el Gobierno lo sabe pero no le importa con tal de que no nos vayamos al dólar. Así la economía se enfría aún más: está el que tiene algún resguardo y puede colocarlo a las tasas de hoy pero el que necesita financiarse tiene que pagar tasas inaccesibles”.