El Ministerio de Agricultura de la Nación anunció esta tarde que dejó sin efecto las restricciones para las exportaciones de maíz, medida que tomó en un intento por asegurar el abastecimiento del grano a precios competitivos hasta marzo cuando llega la nueva cosecha.  El cierre por dos meses de los despachos (que este lunes fue achicando) activó el paro comercial del agro que termina este miércoles y que ahora es probable que se levante.

El anuncio se realizó luego de una reunión de los funcionarios de la cartera agropecuaria con los ejecutivos del Consejo Agroindustrial Argentinos (CAII), que llegaron con una propuesta consensuada entre las parte. de medidas más de fondo para garantizar el abastecimiento de maíz a precios competitivos que no tengan gran impacto en las góndolas.

En rigor, no falta maíz (hay un saldo de 10 millones de toneladas, que es mucho más de lo que demandan el mercado interno), sino que el problema es que hay muchas procesadoras como granjas de cerdo, feedlots, tambos y sobre todo los polleros que no pueden acceder al maíz porque pagan mal y tarde a los productores y acopios. Es por eso que las medidas que puso a consideración el CAA, y que el gobierno aceptó, buscan generar garantías y financiamiento a frigoríficos de aves, cerdos y ganado que destraben el problema comercial.

Las medidas son:

1) Garantías de Financiamiento a industrias procesadoras del mercado interno (avícolas): se lanzara una línea especial de garantías del FOGAR para frigoríficos que necesiten avales del Estado en sus compras de maíz

2) Líneas de créditos concesionales: el gobierno a través del Ministerio de Produccion y del Ministerio de Agricultura diseñara líneas de financiamiento bancaria para la industria avícola

3) Warrants: avanzaran con el sistema para ampliar el uso de warrants

4)  Sistema de Garantías Recíprocas: lanzarán línea específica de SGR para industrias procesadoras.

5) También se analizaron otras alternativas, inclusive en Mercado de capitales (descuento cheques/pago diferido) y líneas de crédito con entidades bancarias a tasas subsidiadas – en cuyo caso habrá que trabajar en segmentación por tamaño y a mediano plazo. En este punto, se trabajara en las necesidades por sector.

Como a estas medidas, se le sumó el compromiso de los acopiadores y exportadores que tienen el maíz de garantizar abastecimiento a la demanda interna, el ministerio decidió dejar sin efecto el cupo de exportación 30 mil toneladas diarias (que es exiguo), aunque advirtió que se monitoreará al detalle los despachos para que no haya desequilibrio. "No habrá limitaciones formales ni comunicados estableciendo cupos, pero el gobierno quiere que busquemos no superar las 2 millones de toneladas adicionales a los registros actuales (cosecha vieja)", señalaron desde el CAA.

En ese marco,el gobierno insistió con la necesidad de buscar mecanismos que permitan desacoplar los precios internacionales del mercado doméstico, evitando el impacto negativo en precio de alimentos y consecuentemente inflación. Y tras asegurar que se buscan evitar medidas intervencionistas o regulatorias priorizando la búsqueda de  acuerdo entre la cadena comercial, las autoridades públicas propusieron que el sector privado acuerde el armado de un fideicomiso de maíz con el aporte de las retenciones que se utilizará para subsidiar la demanda mayorista del grano.

En concreto, este miércoles la Mesa Intersectorial del Maíz, que armó el CAA y que será la que seguirá negociando, analizará la viabilidad o no de la propuesta del Gobierno de diseñar un mecanismo de compensación intra cadena tipo para aquellos productos derivados del maíz (carnes, huevos, inicialmente) que se encuentren bajo el programa de precios cuidados. Si las empresas lo aceptan el gobierno asumió dos compromisos:

1) Establecer reglas de juego en comercio exterior por tres años si se logra establecer el fideicomiso (registros, derechos de exportación).

2) Incluir en la agenda de trabajo la revisión y actualización de precios cuidados de los productos bajo el fideicomiso con criterios previsibles.

Por lo pronto, el mensaje que ponen sobre la mesa los agroindustriales es que el fideicomiso debería ser un “esfuerzo compartido” entre todos los actores de la cadena del maíz, empezando por los proveedores de insumos, productores, acopiadores, transformadores, exportadores. En otras palabras, que no sea sólo financiado por compradores y vendedores.

Con estas medidas, el gobierno y las agroindustrias parecen empezar a transitar un camino de conversiones en serio para ver de qué manera el país puede capitalizar el aumento de los precios internacionales de los granos con las necesidades internas de abastecimiento.

Con este acuerdo sobre la mesa, que libera totalmente las exportaciones de maíz, se esperaba ahora que el campo desactive el tercer día del paro comercial por el cierre de exportaciones.

Precisamente, otro saldo que deja este conflicto por el maíz es la constitución de un interlocutor de peso del agro con el gobierno, como es el CAA, que reúne a las principales fábricas aceiteras, molinos, frigoríficos y también a productores, ya que las relaciones con la Mesa de Enlace, que nucléa sólo a ruralistas, estan muy dañadas por su politización en contra del gobierno nacional.