No es la primera vez que el abogado penalista Gustavo Feldman escribe un libro sobre un tema espinoso en plena ebullición en el que es protagonista. Así lo hizo con “Castigo Sin Crimen”, el libro en el que presentó pruebas de la inocencia de César Milani en el juicio que se le hizo por presuntos delitos de lesa humanidad, proceso que lo tuvo como abogado defensor del militar.

Ahora vuelve a la carga con otro tema que hará historia: la caída de Vicentín, el mayor default en la historia del mercado de granos y la convocatoria de acreedores más grande en la historia de Santa Fe con una secuela de escándalos políticos, denuncias penales y tramas internas familiares. 

“Nunca fuimos Vicentín”, se titula el libro sentando clara posición desde el arranque. El libro saldrá en marzo editado por la Fundación Ross. En concreto, el libro es una recopilación de 25 artículos escritos por el abogado más un anexo documental con denuncias penales, informes parlamentarios y pedidos de recusación del juez de Reconquista que lleva la convocatoria. Y el prólogo lleva la firma de un peso pesado del mundo político: Aníbal Fernández.

Vicentín es la mayor estafa en la historia de la provincia. Es un hito de lo que es el sistema capitalista en lo que hace al riesgo no calculado, a la improvisación del management, al encubrimiento con sociedades fantasmas para conseguir financiamiento y fugar dinero, y también en lo referente al aprovechamiento de las relaciones políticas para conseguir favores espurios y, sobre todo, a la falta de controles del Mercado y del Estado para anticipar y evitar estas maniobras delictivas que le costaron sólo a los acreedores comerciales u$s400 millones”, le cuenta Feldman a Rosario3.

“Vicentín pasará a la historia de cómo un conglomerado de gran magnitud implosiona por sus malos manejos internos. Y quería dejar un testimonio de esta historia en un formato perenne como es un libro”, dice Feldman, que representa a agropecuarias que quedaron enganchados en el default y presentaron denuncias penales contra la malograda aceitera.

Con el título elegido, el autor marca un contrapunto con lo que llama fue “la adhesión sin sentido a Vicentín por el sólo hecho de que el Estado quería intervenir”. Feldman no oculta que el intento de intervención que impulsó el gobierno nacional tuvo muchos errores no forzados, tanto en el manejo de los tiempos, como en la estrategia y el lenguaje utilizado y también en algunos objetivos buscados que excedían el rescate de los acreedores internos, pero valida el intento por evitar lo que está ocurriendo en la actualidad que califica como una “monumental licuación de la deuda con el campo”.

Según estima, si las decisiones de intervenir no se hubiesen apresurado el ánimo político y social hubiese sido distinto. Es que para cuando el gobierno quiso expropiar todavía no se habían presentado las denuncias penales que luego iniciaron los principales acreedores, como los bancos extranjeros y los bancos nacionales. Tampoco se habían conocido todas las maniobras de armado de sociedades para fugar dinero y estafar a los acreedores.

“Intervenir la empresa ahora que se sabe todo lo que hicieron no hubiese generado el rechazo que generó en su momento en algunos sectores de la sociedad cuando algunos medios porteños presentaban a la familias Vicentín como honestos empresarios de provincia. Hoy quedaría claro que el primero que se quedó con la propiedad privada fue Vicentín, que no pagó los granos que recibió y los créditos que tomó no por un problema económicos”, fustigó. 

Además de sostener que hubo una estafa deliberada y una conducta delictiva en la conducción de la empresa, “mintiendo descaradamente en los balances y las declaraciones juradas que presentaban a los bancos extranjeros para conseguir créditos”, Feldman también advierte que para que ocurriera semejante crisis hubo “improvisación y desmanejo de parte de organismos de control durante el gobierno de Mauricio Macri, como el Banco Central, la Comisión Nacional de Valores, todos manejos que fueron claves para que se concrete esta estafa ya que el propio Macri llamaba al presidente del Banco Nación, Javier González Fraga, para que le preste millones que la línea gerencial del banco no aprobaba”, Pero el autor del libro también señala que “no sonaron las alertas tempranas de las Bolsas de Cereales y las Cámaras Arbitrales”.

En su charla con Rosario3, el abogado señala que es fundamental que para que este tipo de grandes estafas corporativas no se vuelvan a suceder la Justicia tome decisiones firmes. “Y no me refiero a la condena penal sino al resarcimiento económicos de los perjudicados por la estafa.  La Justicia no puede convalidar semejante licuación de pasivos”, insiste Feldman.

Finalmente, para el autor del libro pronto a salir a la venta. el paso de Vicentín por los tribunales dejará secuelas en la administración de Justicia. Secuelas a las que calificó de cimbronazo judicial

Por un lado, debe ser el puntapié inicial para modificar la ley de concursos y quiebras en lo que hace a la competencia territorial del juzgado que lleva la convocatoria. Para estas grandes corporaciones, ¿tiene importancia el domicilio estatutario del concursado? Para nada. Seguir con ese criterio da lugar a que se repitan situaciones como las actuales, en la que los negocios principales de la empresa estaban en el mercado de granos de Rosario y no en el Avellaneda, adonde tiene sede formal la empresa. En la sede de Avellaneda no se decidía nada”, resalta el letrado, quien objetó que por el entorno social que existe en una localidad chica como Reconquista ante un gigante corporativo como era Vicentín el magistrado no tiene el margen social suficiente para trabajar sin presión pública.

El otro tópico a reformar es el criterio de pesificación de la mercadería no pagada en un mercado dolarizado, como es el mercado de granos. Convalidar el criterio actual de pesificar al tipo de cambio del momento de la presentación de convocatoria la mercadería no abonada es un país como Argentina supone convalidad desde la Justicia escandalosas licuaciones como estas, que incluso están siendo denunciadas penalmente”, resalta Feldman.

“Y el último tópico será discutir mecanismos de control de las Sindicaturas, que son los auxiliares del juez pero en este caso quedó comprobado que no funcionaron”, finalizó el autor del libro que edita la prestigiosa Fundación Ross.