Ayer domingo 4, a las 11 de la mañana aproximadamente, mi papá de 85 años, sube a un colectivo de la línea 112 negra, coche 73 de la empresa “La mixta”, conducido por Nicolás G., a las 11:20 mi padre le avisa al chofer que va a descender en Veléz Sarfield al 6900, por la puerta delantera, si bien es una persona que se moviliza muy bien solo, vuelvo a decir tiene 85 años. El conductor no sólo para sin reparar que lo hace al lado de una zanja, la que se puede ver en la imagen, sino que dicho por testigos, arrancó el coche antes de que mi papá bajara totalmente del mismo.

Ahora bien, cómo puede ser que alguien esté a cargo de un vehículo donde se transportan personas, que hasta se podría decir confían durante el trayecto su vida a ese conductor, no se dé cuenta que el anciano aun no había descendido, y a partir de esto me surgen un par de preguntas: ¿estaría con sus facultades mentales en condiciones y libres de cualquier “agente externo” que pudiera perturbarlas?, o tal vez ¿estaba más atento a su celular que a las personas que transportaba?

En la foto se puede visualizar la posición en que quedó mi padre, el empleado de “La mixta” no llamó ni a la policía, ni al SIES, cosas de las que se encargó una pasajera, la señora M. A., a quien hago público mi agradecimiento, una vez llegada la ambulancia se subió al colectivo y se fue sin esperar siquiera saber que había pasado con la persona accidentada por su absoluta culpa.

Para cerrar me sigo preguntando ¿quién habilitó a este tipo para que tenga gente a cargo en un transporte público?. ¿tendrá padres, abuelos o hijos? Y si es así ¿cómo se sentiría si atravesara la situación que estamos pasando? Y por último ¿pensó que si Dios le da vida alguna vez va a necesitar más paciencia y tiempo para hacer determinadas cosas?