Tras la muerte del Trinche Carlovich, que no logró sobrevivir a una operación, luego de haber sido asaltado y golpeado, las anécdotas sobre su estilo de jugar y de vivir se multiplican. Y sean rigurosamente ciertas o no, dejan entrever algunos rasgos bien definidos de la personalidad del volante charrúa.

Quien puso en palabras una de esas anécdotas fue un ex compañero de Carlovich, Ricardo Guidoni, quien jugó en Rosario Central y en San Martín de Mendoza, cuando el Trinche jugaba en Independiente de Rivadavia.

Según relata Guidoni, un integrante de la comisión directiva del club San Martín de Mendoza, de apellido Cantalejo, le contó que Carlovich le dio la espalda a la chance de jugar en el conocido New York Cosmos, un club fuerte de EE.UU. que, gracias al poder adquisitivo de sus propietarios, no escatimaba recursos a la hora de fichar a los mejores jugadores del mundo, en su última etapa como jugadores profesionales, como Pelé, Johan Neeskens, Carlos Alberto, Julio César Romero, Roberto Cabañas y Franz Beckenbauer, entre otros, con el objetivo de promocionar el fútbol en ese país.

Según cuenta la historia, luego de jugar en Independiente de Rivadavia, Carlovich regresó a la ciudad de Rosario, donde viajaron dirigentes del club mendocino para convocarlo a jugar un partido entre el seleccionado de esa provincia y el Cosmos, club que, según había trascendido, tenía intención de incorporar al astro rosarino a su plantel.

“Los dirigentes vinieron en auto a Rosario –cuenta Guidoni– fueron a su casa y su madre les dijo que el Trinche estaba jugando al fútbol en una cancha de allí cerca, a unas cuatro cuadras. Lo fueron a buscar a ese lugar y él les pidió que esperaran a que terminara el partido. Después de media hora, lograron conversar con él y le contaron que habían armado un partido con la selección mendocina porque lo querían ver dirigentes de Estados Unidos”.

Según la anécdota, Carlovich les dijo “bueno”. Que se iba cambiar, que haría la valija y se iría con ellos. Luego de una hora y media de espera, los dirigentes, que habían quedado en la vereda, volvieron a tocar timbre, Salió la madre del jugador y les dijo que el Trinche había saltado por el tapial de atrás y se había ido.

“Si bien el relato no es comprobable –dice Guidoni– el Trinche era un personaje de mucha humildad y es una anécdota que demuestra que aunque pudo ser famoso y ganar mucho dinero, prefería seguir jugando con los muchachos, en la cancha del barrio”.