Newell's cayó 1-0 frente a River este domingo en el Coloso Marcelo Bielsa, por la fecha 12 de la Liga Profesional de Fútbol. El equipo de Gabriel Heinze estuvo a la altura y compitió de igual a igual contra el puntero, pero falló en la última jugada del partido y lo pagó caro. El gol fue de Pablo Solari, tras una contra que la Lepra no pudo desactivar a tiempo.

Fue la primera derrota del conjunto rojinegro en su estadio esta temporada, donde acumulaba cuatro triunfos y un empate. Por el trámite y cómo le jugó al líder, irse con las manos vacías fue demasiado castigo para los del Gringo, que de mínima merecieron obtener un punto.

Después de la rotación en Avellaneda que le permitió obtener un gran resultado contra Racing a mitad de semana, para enfrentar al líder Gabriel Heinze volvió a utilizar a la mayoría de los habituales titulares, aunque conforme con lo hecho fuera de casa y también debido a medirse ante River, mantuvo la línea de tres zagueros con Velázquez, Ditta y Mansilla (por Ortiz)

La sorpresa estuvo en la elección de los futbolistas para cubrir los bandas. Porque el colombiano Mosquera ocupó el lateral derecho, pero del otro lado no jugaron, de entrada, Martino ni Pittón, quienes por su posición natural eran candidatos a entrar. En cambio, el DT recostó un poco a Ferreira por esa zona, pero con tareas distintas.

En la previa, el choque entre leprosos y millonarios prometía, aunque el primer tiempo pasó casi sin emociones en las áreas, dentro de un trámite parejo y trabado que tuvo a Newell’s un poco mejor en el comienzo y a River ajustando algunas posiciones en el medio para equilibrar las acciones. 

Una de las virtudes rojinegras en ese arranque favorable fue que logró neutralizar el juego del rival y quitarle la pelota. El toque distintivo fue cómo lo hizo. Con una presión asfixiante, discutiendo la posesión y el territorio. Eso desconcertó al equipo de Demichelis, condicionado y obligado a jugar incómodo, con poco espacio y tiempo para tomar decisiones. 

El momento rojinegro fue el cuarto de hora inicial, pero en su construcción ofensiva más profunda y peligrosa falló en la definición y no pudo romper el cero. Fue a los 4 minutos, tras una precisa triangulación entre Pérez Tica y Gómez por derecha, que culminó con un centro hacia atrás del volante y el ingreso libre de Ferreira al borde del área grande. El ex River y Colón le pegó de primera con la pierna diestra, pero el tiro le salió alto y desviado. 

Poco a poco, River fue emparejando el desarrollo. Demichelis tomó nota de cómo Newell’s encontraba espacios por la izquierda con Ferreira e intentaba sorprender cambiando el sentido de los ataques. Por eso, hizo un enroque entre Paradela y Palavecino por los costados y logró ajustar las marcas. 

Lo que siguió en el Coloso fue pura discusión, fricción y pierna fuerte. El partido entró en un terreno fangoso, con dos equipos que intentaron progresar a partir del dominio del balón pero que se toparon con mucha presión y agresividad del otro lado. El resultado fue una primera mitad con pocas emociones en las áreas. 

La Lepra sólo llegó con el remate fallido de Ferreira y el Millonario respondió con dos o tres aproximaciones tibias que encontraron a Hoyos bien plantado. El arquero rojinegro controló un disparo de media distancia de Paradela y otro de Palavecino. 

Después del desgaste, los dos equipos bajaron un poco -sólo un poco- la intensidad y eso decantó en un trámite menos cortado, más abierto y con mayor tiempo para pensar y ejecutar.

Demichelis movió el banco y renovó el ataque con los ingresos de Pablo Solari, Matías Suárez y Lucas Beltrán. Heinze mandó a la cancha a Pittón porque Mansilla pidió el cambio por una molestia y eso le permitió armar un 4-3-3 bien definido. También entró el extremo Menéndez.

Los dos demostraron claras intenciones de querer ganarlo. Progresivamente, el partido se fue abriendo y los espacios empezaron a aparecer. El Millonario avisó con un tiro de Solari que atrapó Hoyos, antes del cuarto de hora del complemento, pero, si bien fueron pocas, las mejores y más claras oportunidades, antes del fatídico minuto final, las tuvo Newell’s.

La muestra más cabal fue un potente disparo de media distancia de Gómez que se estrelló en el travesaño tras un leve desvío en los dedos de Armani y dejó a los leprosos con el grito atragantado en el Coloso. También estuvo muy cerca con un cabezazo bombeado del paraguayo Recalde que pasó muy cerca del palo derecho. 

El cierre del encuentro estuvo a la altura de lo que mostraron ambos equipos en la cancha. El dramatismo se apoderó del ambiente en el Parque. Primero volvió a estar cerca de convertir la Lepra, con un tiro de Ferreira entrando al área por la derecha luego de un gran pase de Pablo Pérez. 

Pero en una réplica feroz River venció lo que había sido, hasta ese momento, una resistencia rojinegra con pocas fisuras. Matías Suárez y Barco construyeron un contragolpe perfecto y le sirvieron el gol del triunfo a Solari en el último suspiro, en colaboración con las respuestas de Mosquera, que no cerró y habilitó al autor del gol, y de Hoyos, que quedó a mitad de camino. 

El grito agónico dejó a Newell's con las manos vacías luego de un partido en el que dio la cara, compitió contra el puntero y lo puso en aprietos. Por eso, quizás, el sabor es mucho más amargo para la tropa de Heinze, aunque un análisis más profundo y amplio permitirá observar que el equipo estuvo a la altura en dos duelos exigentes, como los fueron el de este domingo ante el conjunto de Demichelis y el de hace pocos días ante Racing. 

Ahora, la Lepra volverá a tener poco tiempo para lamentos y una gran motivacion para dar vuelta la página, ya que en menos de 48 horas deberá jugar contra Blooming de Bolivia en el Coloso por la segunda fecha del Grupo E de la Copa Sudamericana.