Un grupo de argentinos alojados en el Barwa, el complejo de hospedaje más económico y popular de Doha, asaron un costillar en plena calle para festejar la clasificación del equipo argentinoa los cuartos de final en el Mundial de Qatar.

El fueguito fue de menor a mayor (como el equipo) y alrededor de las 5 de la tarde los 20 kilogramos de carne comenzaron a calentarse lentamente, mientras muchos argentinos llegaban al lugar atraídos por el humo y por ese olorcito a "alguien está haciendo un asado".

Argentinos en el Barwa (Rosario3)

Los invitados a la cita van colgando sus trapos en las ventanas de los departamentos. Un pibe del Chaco saca una guitarra y se toca una cumbia. En otro rincón, un porteño hace sonar desde un parlante a Ciro y Los Persas mientras se prepara unos mates. Nosotros nos sentimos como en alguna esquina de un barrio de Rosario.

La noche sigue con los cantitos de la hinchada albiceleste y una banda de cumbia en vivo, para sumarle baile a la fiesta, siempre esperando al principal protagonista, ese costillar que aguarda ser devorado por los comensales que lo miran con la misma adoración que a Lío Messi.

Así fue la noche más argenta en lo que va de la Copa del Mundo. Así fue sentirse como en casa a 15.000 kilómetros distancia.