Lionel Messi, a los 35 años y con cinco mundiales en el lomo, contando el que se está jugando en Qatar, atraviesa su momento de mayor liderazgo como capitán de Argentina y, tal vez, su etapa más "maradoneana", con pocas pulgas, firme para declarar ante los micrófonos y dueño del equipo dentro de la cancha.

Un claro ejemplo de este rasgo que el 10 no tenía o, al menos, no dejaba ver cuando era más joven, fueron sus picantes palabras contra un futbolista de Países Bajos, pocos minutos después de la definición por penales que clasificó a Argentina a semis. 

“Qué miras bobo”, repitió un par de veces el rosarino en el inicio de la entrevista tras la victoria albiceleste, con un claro gesto de ofuscado. Hasta que resolvió todo con un “andá para allá”.

¿El destinatario de esas palabras? Wout Weghorst, autor de los dos goles de Países Bajos, con quien el capitán argentino tuvo varios encontronazos dentro del verde césped.

Además del fuerte cruce con el delantero que le ahogó el festejo a la selección en el tiempo reglamentario, Messi no se guardó nada ante los medios: criticó al árbitro español Mateu Lahoz por sus fallos, le exigió a la FIFA que no puede designar jueces que no estén a la altura y hasta le tiró un palo a Louis van Gaal, el técnico neerlandés. 

"Sufrimos demasiado injustamente. Van Gaal vende que juega al fútbol y metió gente alta y empezó a meter pelotazos", soltó Leo.