Singapur se convirtió en el primer país en regular la venta de la carne cultivada en laboratorio, aprobando los "nuggets de pollo" de Eat Just, una startup de San Francisco. Se trata de un producto de origen totalmente animal que no sería apto para veganos pero evita el sacrificio animal.

La Agencia para la Seguridad Alimenticia de Singapur llevó a cabo un análisis para comprobar si la "carne" era apta para consumo, determinando que sí y permitiendo a Eat Just vender el producto.

Al contrario que la carne de origen vegetal de Beyond Meat o Impossible Foods, que ya son ampliamente reconocidas, el producto de Eat Just no se basa en plantas, sino que se cultiva a partir de células musculares animales en el laboratorio.

El pollo cultivado cumplió con los controles de calidad del sistema de control de seguridad alimentaria.

Desde la empresa calificaron el anuncio como un "gran avance para la industria alimentaria mundial", y esperan que Singapur sea el primero de muchos países en aprobar la venta de esta carne basada en células.

Más costoso, pero saludable

 

La producción de carne de laboratorio es considerablemente más cara que la de origen vegetal. Según describe la BBC, Eat Just explicaba que cada "nugget" de laboratorio puede costar unos 50 dólares. 

Más allá del precio, la empresa asegura que su carne de laboratorio es "más saludable y sostenible que la carne de pollo animal".

La alternativa es apta para vegetarianos, pero sigue teniendo un origen animal.

Eat Just comunicó que ha estado trabajando durante varios meses para elaborar toda la documentación necesaria para obtener la aprobación. 

"Se incluyeron detalles sobre la pureza, identidad y estabilidad de las células de pollo durante el proceso de fabricación, así como una descripción detallada del proceso de elaboración que demostró que el pollo cultivado recolectado cumplía con los controles de calidad del riguroso sistema de control de seguridad alimentaria", explica la compañía.

Con el anuncio de Singapur, Eat Just prosigue su expansión por el país tras anunciar en octubre una asociación con el consorcio Proterra Asia, para construir y operar en el país-estado una planta de producción de proteínas de origen vegetal.