En una jornada trascendente en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, la primea novedad no fue ninguna declración –que las habrá e importantes– sino que los ocho rugbiers acusados del asesinato se quitaron los barbijos y pudieron ser vistos a cara descubierta. El primer en hacerlo fue Máximo Thomsen, justamente el que aparece más comprometido de todos de acuerdo a lo aportado por los tetsigos hasta ahora.

El fiscal Juan Manuel Dávila explocó que el foco de la jornada de este lunes será la autopsia al cuerpo de Fernando, practicada seis horas después del crimen. Es que el primer testimonio previsto es el del forense que realizó la intervención, Diego Duarte.

Por la naturaleza del material que se va a exponer, la presencia de los padres de Báez Sosa se encuentra en duda. “La idea es que se estén, quizás salgan cuando entre el médico de la autopsia”, dijeron fuentes cercanas a la familia.