La pandemia de coronavirus impactó de forma negativa en innumerables sectores. Desde el ámbito de la salud hasta el turismo, pasando por otros rubros comerciales y generando infinidad de situaciones adversas para millones de personas. Y entre ellas estuvieron alumnos y docentes.

La educación fue gravemente afectada y en muchos casos se habló de un año prácticamente perdido. Escasos recursos tecnológicos y poca capacitación fueron algunas de las puntas que se mostraron durante este fatídico 2020 para la escolarización de niños y niñas. Pero la cuestión va mucho más allá.

La tecnología se ha mezclado de forma transversal en prácticamente todos los aspectos de la vida humana. Y con una realidad en la que constantemente se demandan más conocimientos tecnológicos, la educación primaria y secundaria resulta fundamental en la preparación de las generaciones venideras. 

Matías Scovotti es CEO y cofundador de Educabot, una empresa argentina que brinda soluciones para promover la educación tecnológica. En diálogo con Rosario3, mencionó algunos puntos sumamente importantes que se deben considerar para mejorar el uso de las nuevas tecnologías en las aulas.

Scovotti dialogó con Rosario3 sobre la importancia de incluir la tecnología en la educación.

Capacitación docente

 

Lo primero es entender la realidad que se vive en las escuelas argentinas, porque "más allá de lo necesario hay que ver qué es lo posible", dice Scovotti. 

"Uno puede querer meter las cosas a la fuerza, pero mientras el docente sea quien esté frente al aula y a los alumnos, si no se siente cómodo con lo que está enseñando, incluso si lo que está enseñando es mejor, lo va a hacer mal y va a tener un impacto negativo".

Por ello, plantea que el primer paso es lograr que "el docente esté convencido de que esa tecnología está potenciando el aprendizaje de los alumnos".

Capacitar a los docentes es fundamental para incluir la tecnología en la educación.

Quizás con las demandas de una escuela que tuvo que migrar la enseñanza hacia la virtualidad podría haberse avanzado en ese sentido, pero desde la perspectiva de Matías tal cosa no ocurrió.

"No es que con la pandemia los docentes se encontraron con una mejor manera de dar clase. Hubo algunos que sí, pero para que el cambio sea realmente significativo tiene que ser mucho más amplio", señaló.

Hay muchos factores que difieren entre los antiguos sistemas escolares (aún vigentes) y las nuevas prácticas tecnológicas, y eso se puede notar en la forma de evaluar que aplican los docentes.

"Si se quiere evaluar algo que se puede encontrar googleando en 5 minutos, es muy difícil comprobar que los alumnos aprendieron mejor", sostiene Scovotti, porque "la tecnología no busca que tengamos más memoria, sino que podamos conseguir los datos muy rápido sin la necesidad de tenerlos en la cabeza". Lo central no es tener la información, sino saber cómo aprovecharla. 

Se trata de un proceso lento, pero de a poco es importante ir incorporando herramientas y mejorando las prácticas para que los docentes puedan comprobar mejoras en los procesos de aprendizaje y también en la motivación de los alumnos. 

La pandemia puso sobre la mesa un montón de cosas que ya existían. 

Por un lado quedó demostrado que "muchos docentes desconocen cómo aprovechar la tecnología". Por otro, se notó el problema de la baja motivación de los alumnos a la hora de asistir a clases.

El CEO de Educabot señala que antes era más evidente el desinterés del estudiante, pero cuando uno se conecta desde la computadora puede apagar la cámara o simplemente ver otra cosa que le interese más, y controlar eso tiene otra complejidad. 

Esto hace resonar un viejo dilema, el de que los alumnos no pueden ir a la escuela con el solo objetivo de aprobar, sino que hay que alimentar el interés por el conocimiento. 

Mediante la tecnología se pueden incentivar la curiosidad y el interés de los alumnos y alumnas. 

Los beneficios de incorporar tecnología

 

El desarrollo de habilidades blandas como la creatividad, el trabajo en equipo o la comunicación están contempladas en la educación de hoy, pero no hay una forma clara de evaluarlas y se deben pensar alternativas para la manera tradicional de calificar.  

"¿Qué tan colaborativo sos en un trabajo? ¿Qué tanta autonomía tenés? Es muy difícil calificar eso, sobre todo con una escuela que está muy acostumbrada a poner notas", explica Matías.

La tecnología puede ayudar a potenciar el desarrollo de este tipo de habilidades: "El hecho de trabajar materias como robótica o programación en la escuela por un lado tiene que ver con los contenidos, y por otro lado con las habilidades que desarrollan (los alumnos)", detalló.

Con sus propuestas, el equipo de Educabot notó que los chicos iban más motivados a clases.

Además de fomentar el trabajo en equipo y el interés, Scovotti cuenta que por experiencias que tuvieron con trabajos desde su empresa pudieron notar cómo los chicos y chicas iban más motivados a las aulas, emocionados por trabajar y aprender. El objetivo deja de ser una nota y pasa a ser algo más valioso para ellos.

Digitalización de las aulas

 

En Educabot ofrecen diferentes productos pensados para llevar la tecnología a las aulas, y uno de ellos está pensado para equipar completamente un salón de clase.

"Hace dos años venimos trabajando con un proyecto que se llama Aula Maker, con el que proponemos encargarnos de todo. Llevamos al docente, damos las actividades, llevamos el equipamiento de robótica, armamos el aula", cuenta su fundador al respecto. 

Pero más allá de la propuesta, Matías menciona distintas variables que inciden en su ejecución: "Una son los docentes y otra son los kits de robótica que vos tengas; otra tiene que ver con el mobiliario mismo, porque puede pasar que una actividad no salió bien porque los chicos no tenían enchufe para cargar la computadora". 

Educabot brinda los equipos necesarios para la digitalización de las aulas.

Pensar en estos detalles puede cambiar el plan para añadir tecnología en cada salón de clase, pero una vez superado eso los resultados son muy positivos. 

"Hay una escuela con la que venimos trabajando hace dos años que fue la primera que inició con el proyecto, y se nota mucho el impacto en los chicos, de cómo han mejorado sus habilidades para otras materias. Cómo ha también mejorado lo que tiene que ver con la motivación de ir a clase. Y cómo ha impactado en los padres", indicó sobre los resultados de la propuesta.

Las claves para mejorar en Argentina

 

Scovotti asegura que "hay muy pocos países en el mundo que tenga políticas públicas como las que tiene Argentina para incluir programación y robótica en las escuelas".

"Realmente estamos mucho más avanzados de lo que se cree", dice convencido luego de haber podido comprobar esto hablando con referentes de otros países en competencias internacionales de robótica. 

"La programación y la robótica son obligatorias en las escuelas de Argentina, y eso sólo pasa en 5 países del mundo. Pero el hecho de que no lo sea para un área específica puede caer en que un profesor muestra un power point contando las partes de un robot y eso ya es dar robótica", añadió.

Si se incorpora robótica pero no hay docentes capacitados, el robot termina en una esquina del salón. 

Entonces, se puede concluir que es necesario trabajar sobre tres puntos para que realmente se produzcan cambios significativos en este sentido. 

Estos son la conectividad, la capacitación docente y el equipamiento para las aulas. El primero es fundamental porque permite aprovechar los dispositivos disponibles, y sin una conexión a internet se pierden muchas posibilidades.

Además, capacitar a los docentes y equipar las aulas son otros requisitos imprescindibles para que realmente se pueda aprovechar la tecnología, y no sea solamente tener pantallas o otros aparatos que más que servir para la educación, revisten el salón.

Durante el 2020 hubo progresos

 

"Hoy, todos los docentes saben algo más de tecnología que a principio de año. Tuvieron que aprender a usar algunas herramientas, el mail, plataformas, videollamadas. Creo que eso dejó un camino allanado para que aquellas escuelas que quieran apostar a seguir avanzando ya hayan dado un montón de pasos obligatoriamente", concluyó Matías.

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Sin dudas mejorar la educación en materia tecnológica debe ser un objetivo claro en todas las escuelas del país. Por supuesto que hay otras cuestiones que atender primero, como asegurarse de que los alumnos tengan cubiertas sus necesidades básicas y puedan asistir a clases en las mejores condiciones posibles.

Pero la realidad indica que cuanto más se les enseñe a los alumnos, mejores posibilidades de crecimiento y desarrollo tendrán en el futuro. Queda por ver qué decisiones se toman luego de un año en el que la educación fue puesta a prueba. Los resultados podrían haber sido mejores, pero la experiencia que quedó es muy valiosa para tomar las decisiones correctas pensando en una mejor enseñanza de cara al futuro.