Un rosarino aficionado a los libros decidió hacer algo que no muchos lectores se animan: desarmar su biblioteca. Adaptó un carro para poder enganchar en su bicicleta y los fines de semana lo usa para cargar la valija con sus libros y apostarse en alguno de los parques de la ciudad con una misión: hacer circular la palabra escrita.

“Empecé hace unos cuatro años con la intención de desapegarme de los libros porque entendía que era el único objeto material al que me apegaba demasiado. Una noche me decidí y empecé a seleccionar libros que tenía en mi biblioteca, lo. puse en una valija, me fui al parque y me puse a vender”, contó Lucas en El mejor día de la semana (Radio 2).

De acuerdo al librero, la recepción de la gente en sus primeros intentos “fue hermosa”. “Experiencias muy lindas de compartir algo que es casi un lenguaje común con mucha gente”, aseguró.

Por la pandemia, Lucas estuvo varios meses sin poder realizar su rutina, pero en el regreso a los parques, sostiene que hay un mayor interés por parte de los rosarinos.

Al principio pasaba tardes enteras con el paño desplegado y a lo mejor vendía dos libros o no vendía porque no había mucho interés. Con este tema de la pandemia, lo que fui notando es que la gente se vuelca más a lecturas más extensas”, reflexionó el joven.

En el último mes y medio que pude volver al parque, muchas novelas de 700 páginas, mucho policial. La gente evidentemente. para alegría mía y para los que defendemos el espacio de la lectura, se está volcando a leer de nuevo”, sostuvo con entusiasmo.

Pese a que vende sus libros, Lucas aclaró que lo hace a precios bajos, ya que no es su principal fuente de ingresos: “Agradezco mucho tener un trabajo que me permita pagar mis necesidades cotidianas, entonces el dinero que sale de los libros, se convierte en otros libros”.

“Hay una necesidad muy grande de defender algo que a mí me sirvió durante más de 20 años que es este espacio de lectura, mi intención es poder compartir desde este humilde lugar esa misma alegría y satisfacción que me produce sentarme para abstraerse un poco de las miserias con las que tenemos que convivir”, concluyó.