La falta de agua por la sequía en diferentes puntos del mundo ya dejó al descubierto no solo objetos, sino también huesos y huellas de animales que vivieron hace millones de años y hasta una construcción del siglo XI. 

El templo al que antes solo se le podía ver la parte superior data del siglo XI y se encuentra en la provincia de Barcelona. La iglesia románica del siglo XI, quedó inundada tras la construcción de un embalse en 1963, y ahora reapareció como consecuencia de la prolongada sequía que azota a la región.

Se trata de las ruinas de San Román de Sau, la iglesia más antigua del mundo que se conserva en pie sumergida bajo el agua. El templo data del año 1062, pero quedó oculto décadas atrás a partir de la represa edificada en la zona por orden del dictador Francisco Franco.
Tras varios meses de sequía, la reserva del embalse se ha reducido en más del 60 %. Es la segunda vez desde su 'naufragio' que Sant Romá de Sau ha quedado fuera del agua. La primera se registró en 2008, luego de otra prolongada sequía.

Las huellas encontradas en el fondo del río Paluxy, situado en el Parque Estatal Dinosaur Valley en Texas corresponden a las especies Sauroposeidon proteles y Acrocanthosaurus. "En este momento, debido a las condiciones muy bajas del río, ahora se ven más huellas en condiciones normales", comunicaron las autoridades del parque estatal citadas el domingo por medios locales. "Entonces, si desean encontrar pistas y explorar ese aspecto del parque, ¡es un buen momento para visitarlo!", señalaron.

De acuerdo con estudios previos realizados en este yacimiento paleontológico, las huellas que se pueden ver corresponden a dos clases de dinosaurios, los saurópodos y los terópodos, que normalmente son difíciles de detectar porque están cubiertas por el lodo y las aguas del río Paluxy. En cuanto a las huellas de los saurópodos, se cree que corresponden al Sauroposeidon proteles, un herbívoro que medía 21 metros de largo por cuatro de alto y pesaba entre 40 y 44 toneladas. Las marcas de sus patas son parecidas a las de los elefantes actuales.

En el caso de los terópodos, los expertos piensan que sus huellas fueron dejadas por la especie carnívora Acrocanthosaurus, un pariente del Tyrannosaurus rex pero de menor tamaño. Este dinosaurio, que perseguía a sus presas sobre sus dos patas, medía alrededor de seis metros de alto por nueve de largo y pesaba entre tres y cinco toneladas. En comparación con el Sauroposeidon proteles, la huella del Acrocanthosaurus es más pequeña y presenta un patrón distintivo de tres dedos debido a que este dinosaurio caminaba sobre sus huesos metatarsianos.