El presidente de la Nación, Alberto Fernández encabezó este jueves en Rosario el acto por los 208 años del primer enarbolamiento de la Bandera Nacional y en su discurso puso el foco en la situación de inseguridad y violencia que viven rosarinos y santafesinos. Antes se había reunido con familiares de Carlos Orellano, el joven que murió luego de ir a bailar a La Fluvial.

El mandatario comenzó refiriéndose a la figura de Manuel Belgrano a quien calificó como “un hombre inmenso, impresionante. Un hombre jurista que entendió la economía como pocos, que empuñó las armas por la Patria como ninguno. Belgrano, que era parte de esta Patria que no tenía bandera, tuvo que crearla. Hizo esta bandera que nos iguala y nos une”, dijo, e ironizó con las imágenes de animales que abundan en los billetes actuales, en detrimento de las figuras de los próceres. También mencionó la velocidad con la que se van los billetes.

Aludió a Rosario como “una ciudad hermosa que ha dado maravillas: (Roberto) Fontanarrosa, (Alberto) Olmedo, Fito (Páez), Litto Nebbia. Atistas y hombres de la cultura que nos llenaron de música y alegría” y se mostró “feliz de ver flamear tan cerca las banderas de Central y de Newell's”.

Rosario es una ciudad que mezcla a los que producen en los campos con los que producen en las industrias, con toda pujanza, a orillas de este río. Es una ciudad maravillosa donde cada vez me es más grato volver”, dijo.

El foco en la inseguridad

 

En el segundo tramo de su discurso, Fernández puso el foco en uno de los problemas más acuciantes en la vida de rosarinos y santafesinos: la inseguridad y la violencia, que en la ciudad ya se cobró más de 40 vidas en lo que va del año.

“Vengo a poner la cara. Soy un rosarino más a la hora de reclamar más seguridad y más justicia, pero no estoy aquí para reclamar sino para solucionar los problemas que el narcotráfico ha creado en Rosario y en todo Santa Fe. Por eso –resaltó–, junto al gobernador (Omar Perotti) y al intendente (Pablo Javkin) vamos a dar la batalla porque los criminales no tienen derecho a adueñarse de la vida de los rosarinos. No hay espacio en Argentina para soportar ningún delito, ningún crimen más”, sentenció.

Se disculpó por haber llegado unos minutos tarde al acto y contó que estuvo reunido con la familia de Carlos Orellano, el joven que encontró una muerte presuntamente violenta cuando fue a un boliche de La Fluvial el último domingo.

“Ellos me necesitaban”, dijo y se reconoció como “un argentino más” que tiene, “desde el lugar de la presidencia, la responsabilidad y la confianza” que los argentinos le confirieron con su voto. “No voy a decepcionar a ningún argentino”, prometió.

Después se refirió a las fuerzas policiales y aseveró: “Yo sé lo que pasa con la Policía y la Justicia de Santa Fe y del país y sé que la preocupación es que veamos castigados a los culpables de tanto delito”.

El 20 de Junio nos vamos a volver a ver. Y les pido a los rosarinos que ese día salgan a la calle. Ese día vamos a celebrar con la bandera más larga del mundo, pero para entonces, los rosarinos ya van a haber encontrado muchas respuestas del gobierno nacional a los problemas de inseguridad. El miedo lo tienen que tener los delincuentes”, concluyó.