Se cumple un año de la ordenanza rosarina de alcohol cero al volante y El Tres realizó un informe para repasar números y opiniones actualizadas sobre el funcionamiento de la polémica medida de seguridad vial.

Este domingo, 8 de mayo, será su primer aniversario y sigue generando visiones diversas. Mientras que autoridades municipales la destacan como un éxito, surgen cuestionamientos desde otros sectores, que se oponían y se oponen.

Lo cierto es que se produjo una reducción del tránsito nocturno de vehículos particulares y eso destapó otras falencias, como la falta de taxis, frecuencias de colectivos y la inseguridad que esto también conlleva.

El balance es excelente, teniendo en cuenta que fue un año de pandemia y si bien hubo restricciones nocturnas, pudimos hacer más de 25.800 controles. Sólo el 7 por ciento dio positivo”, resaltó la secretaria de Control y Convivencia municipal, Carolina Labayru.

“Anteponemos la vida ante todo y el único objetivo es bajar la siniestralidad, que también es una pandemia”, aseguró la funcionaria.

Por su parte, desde el Concejo, la presidenta María Eugenia Schmuck también se expresó a favor de que no se tolere ni una gota de alcohol –antes se permitía hasta 0,5 gramos por litro de sangre– a quienes manejen en la ciudad.

Se triplicaron los controles el último año. (archivo Municipalidad/M.Beltrame)

“Hacemos un balance positivo porque antes eran 7.000 controles anuales (de alcoholemia) y ahora se triplicaron”, destacó, y analizó que “quien sale a cenar hoy se toma un taxi pero no hay que echarle la culpa al alcohol cero de la deficiencia del servicio de taxis”.

Como contrapunto, el titular de la Cámara de Titulares de Licencias de Taxi (Catiltar), Marcelo Díaz, dijo en El Tres que quienes salen y beben “no tienen otra alternativa que tomar un servicio público” y en ese sentido opinó: “Quedamos con mala imagen nosotros porque no hubo una previsión del municipio y recae toda la movilidad sobre nuestro sector”.

Sobre ese aspecto, agregó que “de 500 remises que debe haber en el servicio nocturno, funciona la mitad; los demás se han fundido. Y sólo 30 remises están dando vuelta a la noche”.

Por su parte, Mariana Sena, de la ONG Compromiso Vial, defendió la medida vigente porque significa “tomar una postura, que no nos da lo mismo”.

Pero coincidió en que una menor cantidad de ciudadanos en vehículos propios “desnuda otras cosas no resueltas, sobre el transporte público y la inseguridad y que también tienen que ver con nuestra calidad de vida”.

Finalmente, desde la oposición en el Concejo, Carlos Cardozo (Cambiemos) se pronunció en contra y reafirmó: “Hoy votaríamos de la misma manera (en rechazo) porque es algo que tiene que tratarse con una ley provincial”. También observó que “la gente no tiene forma de regresar a su casa”.