Una pelota de golf quedó atrapada en el intestino de un adolescente después de que se lo metiera en el ano. El joven de 14 años, de Australia, entró en pánico cuando se dio cuenta de que no podía sacar la pelota.

El adolescente, que no fue identificado, también confesó que había intentado sin éxito expulsar la pelota al defecar. Los escaneos de rayos X mostraron que había llegado a su colon sigmoide, la última parte del intestino grueso, que se conecta con el recto.

Los médicos trataron de extraer la pelota de golf utilizando seis dispositivos de recuperación diferentes, incluida una ventosa, una red médica, una pinza de cuatro puntas y un catéter con balón.

Después de dos horas, los médicos se dieron por vencidos con la esperanza de que la pelota de golf saliera sola. Sin embargo, una radiografía realizada 24 horas después mostró que todavía estaba allí.

Con la familia renuente a que el niño se sometiera a más intentos de extracción física, los médicos decidieron intentar administrar una gran cantidad de laxantes.

Al niño se le dio un litro de laxantes, lo que resultó en la "evacuación exitosa" de la pelota de golf tres horas después.

"Después del paso de la pelota de golf, el paciente permaneció clínicamente bien y fue dado de alta el mismo día", dijeron los investigadores. Agregaron que al joven "se le aconsejó que no insertara más objetos en su recto en el futuro".

Los médicos concluyeron: "Una pelota de golf presenta desafíos técnicos únicos cuando se intenta extraer del colon debido a sus propiedades mecánicas. Estos incluyen su gran tamaño, forma esférica, incompresibilidad y la presencia de hoyuelos, lo que impide un sello de succión".