Filippo Bari, de 27 años, había ido a escalar Marmolada, la montaña más alta de la cordillera de los Dolomitas, con un grupo de amigos y en el lugar se tomó una selfie sonriente para enviársela a su familia. Fue su último contacto: murió pocos minutos después en una avalancha. 

"¡Mira dónde estoy!", les había enviado a sus seres queridos poco antes de fallecer junto a otras siete personas. 

El joven, padre de un niño pequeño quería mostrar su impresionante entorno cuando se tomó la selfie. La familia de Fillippo se preocupó cuando no supieron más nada de él.

Según publicó The Mirror, la desgarradora noticia se confirmó cuando el cuerpo de Fliplippo fue encontrado muerto el 3 de julio después de un deslizamiento mortal de hielo, nieve y rocas, que fue provocado por el colapso de un glaciar en Marmolada, una montaña en el noreste de Italia.

El alcalde de Isola Vicentina, Francesco Gonzo, informó que se encontró el cuerpo del montañero Filippo Bari y, según los informes, el desastre dejó siete muertos y 13 desaparecidos.

Su hermano, Andrea, y sus padres, Emanuela y Giuseppe, revelaron que Filippo les había enviado una selfie sonriente tomada en la ladera de la montaña momentos antes de que ocurriera el desastre. En la selfie, se ve a Filippo con un casco de escalada y gafas de sol mientras posa para la toma con una amplia sonrisa mientras que atrás se ve la ladera de la montaña y un glaciar.

Había estado planeando conquistar Monte Rosa, que se extiende a ambos lados de Italia y Suiza, esta semana. Andrea Bari dijo de su hermano: "Filippo era un gran amante de las montañas y la naturaleza en general. Ya había realizado varias salidas a gran altura, siempre acompañado de gente experimentada y con todo el equipamiento necesario”.

Filippo vivía en Malo, provincia de Vicenza, con su pareja, Jelena, y su hijo de cuatro años. Trabajaba en una ferretería en Isola Vicentina, según publicó The Mirror.