Una noticia insólita se dio a conocer este martes en un centro médico de Países Bajos. Según informó el propio establecimiento, uno de sus médicos concibió al menos 17 hijos biológicos al donar en secreto su propio esperma a las mujeres que iban en busca de inseminación artificial. 

El hombre en cuestión era un ginecólogo llamado Jan Wildschut, quien falleció en 2009 y habría donado su semen entre 1981 y 1993. En cuanto a las parejas que acudían a la clínica de fertilidad ubicada en la ciudad de Zwolle, en el este de Países Bajos, nunca se habían enterado de lo sucedido puesto que asumían que los donantes eran anónimos. 

A través de un comunicado, el actual hospital Isala (por aquellos años hospital Sophia de Zwolle) dio detalles de lo ocurrido, que ya se había empezado a revelar a finales de 2019 tras una coincidencia de ADN en una base de datos comercial. El hecho fue corroborado mediante pruebas genéticas comparadas con uno de los hijos legítimos del ginecólogo. 

Según el hospital, la decisión de hacer pública la situación se tomó en conjunto con todos los hijos conocidos de Wildschut para fomentar a "una mayor apertura sobre el debate de la concepción por donación de esperma", como así también para alertar sobre los posibles "problemas congénitos" que se dan a partir de posibles relaciones entre medios hermanos que desconocen tener un "mismo padre biológico".

Además, el centro médico agregó que considera lo ocurrido como "moralmente inaceptable" y como una "violación de la relación de confianza con el paciente".

Hasta el momento se han confirmado un total de 17 hijos biológicos por donación del ginecólogo, además de sus hijos legítimos. Desde la familia del médico aseguraron que no tenían conocimiento de lo sucedido y que "el descubrimiento fue una sorpresa total" para ellos. 

En tanto, desde la clínica no descartan que pudiera haber más hijos de Wildschut, por lo que invitan a todas aquellas personas nacidas por donación de esperma que quieran quitarse la duda a registrarse en una base de datos. Una vez hecho eso, se realizarán las pruebas necesarias para comparar esa información con un perfil genético del ginecólogo que donó su esperma en secreto. 

Por su parte, la Inspección de salud y juventud neerlandesa ha informado que no abrirá una investigación sobre este asunto, puesto que los hechos se produjeron en una época en la que no existía ninguna ley o regulación sobre los tratamientos de fertilidad.