Unos 11 mil plátanos que echaron raíces en la ciudad son por estos días la pesadilla de muchos rosarinos. Es que en septiembre y octubre estos árboles históricos dan sus frutos que, al desprenderse, sueltan una pelusa con forma de pequeño plumerito que genera una intensa picazón y en muchos casos, fuertes alergias. Esta situación les valió el odio de muchos e incluso lo que llaman “mala prensa”. Sin embargo, desde la Municipalidad de Rosario aseguraron que sólo conforman el 5 por ciento de la población arbórea urbana y que, más allá de las molestias primaverales que ocasionan, son especies que purifican en alto grado el aire que respiramos.

El sábado pasado llovió pelusa de plátano. A través de la luz que arrojaba un sol enorme de primavera, se podía ver cómo caían a la calle, dejando marcas amarillas sobre el gris del pavimento. El viento empeoraba la cosa, amontonando los plumeritos en los rincones para después levantarlos por el aire. La gente estornudaba y tosía tratando de taparse la cara con pañuelos o los propios antebrazos. Algunos se rascaban furiosos las piernas, la cabeza, se refregaban los ojos.

Consultado sobre estos frutos que suelen ser tema de conversación entre vecinos por esta época, el director de Parques y Paseos, Nicolás Cordero, observó: “Hay en Rosario 11 mil plátanos en veredas, concentrados en el barrio Echesortu, barrio Parque y en bulevar Oroño. Sólo son el 5 por ciento de los 220 mil árboles que conforman el arbolado público en alineación, más los 200 mil que crecen en espacios públicos”. Además de no ser una especie mayoritaria –lo es el fresno con el 34 por ciento– “las pelusas de sus frutos se desarman y vuelan dos meses durante el año. Sólo en septiembre y en octubre ocurre esto”, advirtió en diálogo con Rosario3.com.

Desde el municipio detallaron las zonas de la ciudad en la que se concentran estas especies: 

*Oroño de Pellegrini al río
*San Martín de 27 de febrero al sur
*Barrio Echesortu
*Barrio Parque
*Génova de Avellaneda a Alberdi
*Barrio Arroyito

A sol y a sombra

Para Cordero, el plátano goza de mala fama y hay muchos mitos construidos en su contra. “Es una especie un poco castigada porque hay otras que también provocan alergias y nada se dice. En esta época de floración de muchas especies, no es sólo el fruto del plátano el que vuela, hay mucho polen que también puede ocasionar picazón y molestias. Pero hay que reconocer que la pelusa del plátano es la que más se ve”, remarcó.

Por el contrario, el plátano parece tener muchas bondades. “Es un árbol noble, resistente, arroja una sombra importante por su densa copa, no sufre enfermedades graves y soporta las grandes tormentas. Pueden vivir hasta 400 años aunque en la ciudad, debido al estrés que padecen, mueren antes. En bulevar Oroño hay ejemplares que cumplieron 80 años”, señaló el funcionario.

“El plátano está demonizado y hay que desmitificarlo”, consideró. Una cuestión tiene que ver con la cantidad que hay en la ciudad. “En Rosario conforma el 5 por ciento del total de árboles, mientras que en Buenos Aires el 15 por ciento de un total de 75 mil. En Barcelona son el 30 por ciento y en Madrid el 25 por ciento”, observó.

Sin embargo, el plátano ya no es plantado en la ciudad. “Excepto en las alineaciones históricas, es decir, sólo se reponen plátanos que tienen un rápido crecimiento”, indicó. Según explicó, la Municipalidad busca diversidad de especies que se adaptan al tamaño de las veredas.

Y, aunque desde Parques y Paseos reniegan de la “mala prensa”, admitieron que por la pelusa que ocasiona, la dirección de Higiene Urbana debe reforzar el barrido de las veredas en otoño por la gran cantidad de hojas secas que suelen tapar los desagües y en primavera debido a los frutos que vuelan y ocasionan verdaderos colchones amarillos.

También requieren al igual que todos los demás árboles una poda constante a fin de que las ramas no interfieran con los servicios eléctricos, de telefonía o cable. En este punto, Cordero advirtió: “También es un mito que si se los poda no dan fruto”. Así que por más que el plátano sea recortado, las odiadas pelotitas surgirán sin remedio.

Finalmente, el director de Parques y Paseos llamó a poner en un equilibrado balance a esta especie: “Nadie niega el polvillo y sus hojas secas pero hay que destacar sus grandes beneficios al medio ambiente de la ciudad”, subrayó.