A 10 años de los asesinatos de Kosteki y Santillán en Avellaneda, diferentes organizaciones sociales recordaron  desde anoche a los militantes con una vigilia y este martes reclamaron con un acto en el puente Pueyrredón cárcel efectiva para los responsables de los crímenes,

Las agrupaciones convocantes de la concentración para recordar el décimo aniversario de la Masacre de Avellaneda, pidieron “cárcel efectiva para los responsables materiales y autores intelectuales del asesinato" de los militantes.

“Pasan los años y nos seguimos organizando en los barrios, Darío y Maxi siguen vivos en cada una de nuestra organizaciones”, expresaron en el documento leído.

La vigilia del lunes a la noche fue precedida de una emotiva marcha de antorchas desde la Estación Avellaneda –que pronto cambiará su nombre y recibirá el de Darío y Maxi en homenaje a los dos jóvenes asesinados el 26 de junio de 2002- hasta el puente Pueyrredón, de la que participaron más de 2.000 personas.

Antorchas para iluminar la memoria

Según Pablo Solana, referente del Frente Popular Darío Santillán, “la vigilia se fue instalando año a año. Al principio era pasar la noche en la base del Puente para amanecer el 26 de junio empezando el homenaje de esa triste jornada desde temprano. Después se fue rodeando la jornada previa de actividades culturales y terminamos haciendo cada año el día previo una jornada completa de actividades con amplia participación popular y a la noche una marcha de antorchas, un momento muy emotivo”.

Las actividades culturales a las que se refiere Solana, comenzaron el domingo a las 14 con la presentación de trabajos realizados en centros culturales y comunitarios de los distintos movimientos presentes en el acto, además del Frente Popular Darío Santillán, que presentó un taller textil construido junto a la estación ferroviaria Avellaneda. Por su parte, varios artistas intervinieron en sectores del hall de la estación.

Ya entrada la noche, empezaron los recitales en vivo, en los que actuaron el folclorista Raly Barrionuevo, y las bandas Chala Rasta y Nonpalidece.

Solana señaló que, una vez que la movilización llega al Puente, “empieza ya el corte para preparar las condiciones del acto del día siguiente” y que el objetivo de la vigilia “es la memoria, es que la sociedad tenga a partir de estos hechos de conmemoración la memoria latente de lo que pasó hoy ya hace 10 años”.

“Las antorchas las llevamos hasta el Puente y simbólicamente con esas antorchas prendemos las gomas que iluminan el lugar de noche. Tiene toda una mística, una simbología de lucha y emotividad muy fuerte”, relató Solana ayer a la noche.

El referente del Frente Popular Darío Santillán contó que durante la vigilia funciona “una lógica de autoorganización piquetera heredada de aquellos piquetes de varios días, donde los compañeros saben que se organiza la olla popular, la comida para todos, el agua caliente para los mates de la madrugada” y que si se recorre “la base del Puente se pueden ver algunos fogones piqueteros donde hoy ya no hay dos o tres días de lucha por reclamos; los reclamos siguen estando pero se canalizan de otra forma, ahora esa cultura solidaria, integradora, de tener una posta sanitaria, una cocina comunitaria en el puente mismo sí es parte de lo organizado”.

Consultado sobre cómo vive esta jornada de conmemoración a partir de haber compartido militancia con Darío Santillán en el Movimiento de Trabajadores Desocupados de Lanús, Solana afirmó que está “muy tranquilo” y explicó que eso se debe a que “hay una banda de pibes jóvenes que recién hoy tienen la edad de Darío que son los que están organizando todo esto, son los que ya toman la posta de la militancia cotidiana, y es una buena base para saber que falta mucho para esos anhelos de transformación de fondo de la sociedad por los que lucharon Darío y Maxi, pero que hay con qué, hay un compromiso militante, hay una juventud sana y comprometida”.

Fuente: Télam