Cuerpos flotando en el río. En los últimos meses se sucedieron casos en los que aparecen cadáveres en el Paraná: el de Franco Casco, Gerardo Escobar y el del un joven que aún no fue identificado. No son los únicos pero sí, se trata de los más resonantes y de una modalidad de descartar evidencias que se impone en la región. Así lo determinó la Justicia local desde donde lanzaron un alarma por la acumulación de casos.

Consultada por el periodista Roberto Caferra (Radiópolis, Radio 2), la directora del Instituto Médico Legal de Rosario, Alicia Cadierno, estuvo de acuerdo con que el río es hoy un axuliar de la impunidad. “Por supuesto, sobre todo porque –un cuerpo arrojado al río–desaparece estando sumergido, no hay forma de encontrarlo hasta que flota”, señaló.

La médica explicó que el cuerpo en el agua actúa a modo de globo que tiende a flotar pero, si se le coloca un peso importante puede permanecer sumergido. “Hay que tener en cuenta el efecto arrastre por los fenómenos de la creciente. Puede no aparecer más si pasa los límites del río. Si llega al Río de la Plata no se rescata más”, indicó.

Con 37 años de trabajo en el Poder Judicial, la profesional consideró que la práctica de deshacerse de cadáveres tirándolos al agua es frencuente “últimamente”. “Estamos teniendo casos de manera alarmante”, destacó y mencionó que además de los hallazgos que tomaron estado público existen otros: “Por ejemplo –advirtió–el de una mujer encontrada el 29 de agosto pasado en el arroyo Pavón que aún no está reconocida. Estaba atada a un cuerpo pesado metálico”, observó.

Sin embargo, aclaró: “No existe el crimen perfecto, sí la investigación imperfecta”.

También en conversación con Radio 2, el Jefe de los Fiscales de Homicidios Dolosos, Adrián Spelta, sostuvo que se trata de “un nuevo modus operandis que llama la atención”. Y manifestó al respecto: “Permite borrar evidencias y retardar el hallazgo del cadáver”.

Otro caso más

Ayer se conoció el descubrimiento del cuerpo de un hombre de entre 20 y 30 años con un disparo en la cabeza de un calibre 38. Estaba atado a una llave industrial con el fin de mantenerlo en el fondo del río.

Se trabaja en pericias odontológicas para poder determinar la identidad de las persona, que según se pudo saber estaba maniatado de manos y pies. Se estima que está sin vida desde hace 7 y 15 días. 

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Alicia Cadierno (Radio 2)

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Adrián Spelta (Radio 2)